La condena al bailarín húngaro Vajda Zoltan Attila, hallado culpable de tocamientos indebidos en agravio de Korina Rivadeneira, reavivó el debate sobre la igualdad y la celeridad en los procesos judiciales relacionados con casos de violencia de género en el Perú. El fallo, alcanzado pocos días después del incidente, no solo generó reacciones en medios y redes sociales, sino que motivó un firme pronunciamiento de la conductora Janet Barboza en el programa ‘América Hoy’.
En su llamado, la figura de América TV exhortó a que la justicia actúe de manera rápida, pero para todos los casos de mujeres vulneradas y no solo cuando la víctima es una figura mediática, como es el caso de la esposa de Mario Hart.
Barboza, visiblemente indignada durante la emisión en vivo, destacó que la sentencia al bailarín en el caso de Rivadeneira dejó en evidencia una respuesta eficaz del sistema judicial frente a un hecho que involucró a un personaje famoso. Sin embargo, señaló que miles de mujeres anónimas no reciben el mismo trato.

“Ayer se dictó sentencia a este bailarín, aquí levantamos nuestra voz de protesta y no porque se trate de Korina o una persona conocida, sino porque vamos a estar en contra del abuso que se realice en contra de toda mujer”, sostuvo.
La conductora de ‘América Hoy’ remarcó que, aunque celebran la pronta atención y condena, el reclamo es por la falta de equidad. “Sin embargo, tenemos una justicia rápida, veloz, cuando se trata de personajes públicos y lo que me molesta es que no se mida con la misma vara a las miles de víctimas que hay en este país”, enfatizó Barboza.
Añadió que espera que la Fiscalía y los jueces de todo el Perú actúen en cualquier caso de violencia contra la mujer con la misma inmediatez y determinación, sin distinciones por fama, visibilidad o influencia mediática.

Barboza continuó su mensaje señalando que la percepción de desigualdad mina la confianza de la ciudadanía en las instituciones. “Cuando hay este tipo de diferencias al impartir justicia, a los peruanos se nos escarapela el cuerpo, pues decimos: ‘¿Por qué hay justicia para alguien que es conocida, pero no hay justicia para otras mujeres?’”, cuestionó la popular ‘Rulitos’.
Detalles de la condena
El Poder Judicial condenó a 2 años y 6 meses de prisión suspendida al bailarín Vajda Zoltan Attila, tras aceptar un acuerdo de terminación anticipada. La pena, establecida en el Primer Juzgado de Investigación Preparatoria de Flagrancia de Lima, implica reglas de conducta estrictas, como no cambiar de domicilio sin permiso, no incurrir en nuevos delitos y pasar control biométrico cada 60 días. Además, debe pagar 10 mil soles de reparación civil a favor de Korina Rivadeneira.

El juez advirtió que, de no cumplir estas condiciones, la condena suspendida sería reemplazada por prisión efectiva.
Durante la audiencia, Zoltan pidió disculpas a la víctima y reconoció ante la Fiscalía haber “tocado donde no debía”, alegando que se trató de una situación desafortunada durante una rutina de baile en un show circense.
Según una pericia psicológica, el bailarín presenta rasgos narcisistas, baja tolerancia a la frustración y cambios de humor frecuentes. En su defensa, aseguró no haber tenido intención de agredir a Rivadeneira, aun cuando aceptó conocer la gravedad del delito en el contexto peruano.
Magaly Medina: “Debe haber igualdad en la justicia”
Magaly Medina, conductora de ‘Magaly TV La Firme’, también abordó el tema en su programa con un llamado a la reflexión. La periodista defendió la integridad de Korina Rivadeneira y consideró necesario que la celeridad observada en este caso sea la regla, no la excepción, en todos los procesos de violencia contra la mujer.
“Qué rapidez de la justicia para atraparlo. Yo creo que de esa manera se deben comportar las autoridades en todos los casos, en casos de niñas tocadas, mujeres violentadas, humilladas, forzadas. Yo creo que la justicia tiene que demostrar que es sensible y empática en todas nosotras, mujeres, niñas y poblaciones vulnerables. No solo en casos mediáticos como este”, enfatizó Medina.
La periodista recordó que la misión básica debe ser no dejar impunes los delitos cometidos contra la integridad de cualquier mujer, anónima o con visibilidad pública. Las voces de Barboza y Medina, junto a la experiencia de Rivadeneira, subrayan una exigencia clara: acceso a una justicia eficiente, igualitaria y sin privilegios para todos los ciudadanos.