
“No puede haber diálogo con una persona cachacienta”. Con esas palabras, el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, anunció que la Municipalidad Metropolitana de Lima se retira de la mesa técnica destinada a discutir la viabilidad del tren Lima–Chosica.
Para el burgomaestre, el ministro de Transportes y Comunicaciones, César Sandoval, no tiene voluntad política ni la experiencia necesaria para sacar adelante el proyecto. Por esa razón, le envió un oficio a la presidenta de la República, Dina Boluarte, solicitando que lo retire del cargo.
El descontento del alcalde con el ministro estalló luego de que este señalara que los trenes donados por Caltrain no operarían este año. Como respuesta, Aliaga lo acusó de querer guardarlos en un depósito para “deshuesarlos” y robarlos.
Además, afirmó que Sandoval se había reunido con él en varias oportunidades para pedirle apoyo a fin de conseguir un ministerio.
“Esa mesa de diálogo no va. Que ponga un espejo y hable con él”, sentenció Aliaga.
Ante estas declaraciones, el ministro César Sandoval anunció que tomará acciones legales contra el alcalde, a quien calificó de mitómano.
“Él dice que ha ido a mi oficina. He ido una sola vez, pero ya siendo ministro de Estado, invitado por él para hablar sobre transporte. Antes (de eso) no lo he visto al señor. Por eso me indigna semejante mentira. Tomaré acciones legales. He soportado insultos y adjetivos, que lo siga haciendo (...), pero de ahí a mentir y calumniar, eso ya es otra cosa. No corresponde”, señaló en entrevista con Exitosa.
Pese a los desencuentros entre ambas autoridades, la mesa de trabajo continuó este jueves. Se reiteró la invitación a la comuna limeña para que se reintegre a las conversaciones.
Advertencias de Contraloría sobre los trenes donados
El proyecto del tren Lima–Chosica enfrenta nuevas interrogantes tras una reciente inspección técnica realizada por la Contraloría General de la República. Durante la visita al depósito de la estación Monserrate, en el Centro de Lima, el vicecontralor Marco Argandoña encabezó la revisión del primer lote de vagones donados por la empresa estadounidense Caltrain, y detectó observaciones que deberán ser subsanadas antes de continuar con el proyecto.
Uno de los principales cuestionamientos recae sobre la locomotora, que hasta el momento no ha sido encendida, lo que impide verificar su estado mecánico y eléctrico. Aunque los vagones fueron calificados como “en condiciones aceptables”, la Contraloría precisó que esta evaluación no basta para garantizar su operatividad sin pruebas técnicas que certifiquen su funcionamiento.
Otro punto crítico es que la homologación técnica —procedimiento necesario para comprobar que el material rodante cumple con los estándares ferroviarios peruanos— aún no se ha completado. A ello se suma la falta de formalización de la donación, ya que la Municipalidad de Lima no ha aceptado oficialmente los vagones, lo que limita cualquier decisión sobre su implementación o adecuación al sistema ferroviario local.

La Contraloría anunció que continuará con una segunda inspección en el almacén de Aduanas del Callao y que el informe técnico final, con todos los hallazgos, será publicado el próximo 8 de agosto. Mientras tanto, el futuro del proyecto queda en suspenso, a la espera de que se subsanen las observaciones y se defina el rumbo de este polémico tren impulsado por la gestión de Rafael López Aliaga.