El papa León XIV no logró contener las lágrimas el último sábado durante un encuentro privado en el Palacio Apostólico del Vaticano, luego de escuchar el canto de unas monjas de las Hermanas Agustinas Siervas de Jesús y María.
Las protagonistas, pertenecientes a una congregación dedicada a la oración contemplativa y al servicio pastoral, ofrecieron al Santo Padre una breve interpretación de cantos litúrgicos tradicionales.
Al finalizar la presentación, el papa permaneció en silencio. Previamente, con voz visiblemente emocionada, pronunció una breve reflexión, según las imágenes difundidas por el canal de televisión EWTN.
“Sabemos que una cultura sin verdad se convierte en una herramienta de los poderosos: en lugar de liberar las conciencias, las confunde y las distrae según los intereses del mercado, la moda o el éxito mundano”, señaló.

El encuentro, previsto como una audiencia privada de saludo, se transformó en un momento de profunda espiritualidad. Según testigos presentes, el ambiente se cargó de una “presencia serena y sagrada” que envolvió la sala.
León XIV recibió a unas 40 Hermanas Agustinas Siervas de Jesús y María, al cierre del Capítulo Provincial de la provincia italiana, que también abarca comunidades en el Congo, India, Tanzania e Indonesia.
Destacó la semana de oración y discernimiento vivida por las religiosas, animándolas a renovar su fidelidad al carisma de su fundadora, la venerable Sor María Teresa Spinelli, actualmente en proceso de canonización.
El papa elogió su servicio cotidiano, basado en la consagración al Señor y la devoción mariana, y las exhortó a vivir una cultura alejada de la mundanidad, con valentía misionera, paciencia en las pruebas y perseverancia en Cristo como guía de sus iniciativas.

Asimismo, las invitó a redescubrir el De Magistro de San Agustín, recordándoles que toda enseñanza debe conducir al encuentro con Jesús, el Maestro interior. Las Hermanas realizan su apostolado entre jóvenes, especialmente a través de la enseñanza, la catequesis y el trabajo misionero en contextos de pobreza y exclusión, estando presentes en varios países de Europa, América, África, Asia y Oceanía.
Recibimiento caluroso
León XIV llegó este lunes a Castel Gandolfo para iniciar su descanso estival, reactivando una tradición papal que se remonta al siglo XVII. Su presencia movilizó a miles de personas, entre fieles, turistas y religiosos, que colmaron las calles del pueblo para saludarlo. El pontífice rompió el protocolo, descendió de su vehículo y bendijo a niños, ancianos y religiosas, generando escenas de emoción.
Más tarde, saludó desde el balcón de la Villa Barberini y recibió el afecto de las comunidades presentes. El papa combinará el descanso con tareas pastorales y celebrará una misa pública el 13 de julio. Su llegada refuerza el vínculo entre el Vaticano y esta histórica residencia, símbolo de espiritualidad, cercanía y tradición viva.
De acuerdo con Vatican News, un grupo de cuatro monjas colombianas de la congregación Hijas de la Sagrada Familia viajó desde Roma para saludar al León XIV en Castel Gandolfo. Lograron estrecharle la mano y expresaron su alegría por verlo tan de cerca por primera vez.