La influencia de Juan José Santiváñez, exministro del Interior y figura cercana de Dina Boluarte, se ha extendido hasta el Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP), entidad clave para la administración y difusión de los mensajes estatales.
Santiváñez vendría promoviendo directamente la producción de un nuevo programa televisivo para la mandataria, que sería emitido cada domingo por la señal de TV Perú. El anuncio ha desencadenado una serie de renuncias dentro del canal del Estado y evidencia un movimiento estratégico dentro del Ejecutivo.
El espacio en cuestión, aún sin fecha de estreno, llevaría el título tentativo “Cada domingo a las ocho”, en alusión al vals de Augusto Polo Campos, y ya cuenta con un video promocional. La pieza audiovisual fue difundida en el programa Panorama y contiene el mensaje: “Muy pronto. Cada domingo a las ocho. Por todo el Perú nos une”, con una estética oficialista.
La nueva estrategia comunicacional del gobierno toma por sorpresa y contrasta con los 240 días que lleva la presidenta Dina Boluarte sin responder preguntas ante la prensa. Sobre el impulso del programa, se han generado críticas por parte de especialistas y sectores políticos, que advierten el riesgo de utilizar medios estatales para construir un espacio controlado, con acceso restringido a cuestionamientos o fiscalización.

El poder de Santiváñez se expande al canal estatal
Desde su salida del Ministerio del Interior, Juan José Santiváñez ha ganado influencia dentro del círculo más cercano de la presidenta. Según diversos medios, hoy contaría con más poder que el propio jefe del Gabinete Ministerial, Eduardo Arana, e incluso que Nicanor Boluarte, hermano de la mandataria.
El exministro estaría impulsando el proyecto televisivo y habría promovido varios cambios internos en IRTP. Uno de los más significativos fue la renuncia de Ninoska Chandía, entonces presidenta de la institución y allegada a Nicanor, quien dejó de asistir a su oficina desde el 17 de junio. Su salida coincidió con la llegada de una ficha clave, el comunicador Luis Francisco Vivanco, quien se presume que asumiría tanto la presidencia del canal como la dirección del nuevo programa.
Vivanco sostuvo reuniones con Santiváñez los días 18 y 19 de junio en Palacio de Gobierno. Aunque declaró a Panorama que se trataron de temas “censales”, su cercanía con el exministro ha generado suspicacias sobre el verdadero alcance del proyecto. Además, se espera que Mónica Tiburcio reemplace a Luis Urmeneta, actual secretario de Comunicación Estratégica de la Presidencia.
Las tensiones también se reflejan en las visitas oficiales. Infobae Perú ha verificado que Tiburcio también sostuvo dos reuniones el 18 de Junio con Santiváñez. A la par, el premier Eduardo Arana no ha tenido reuniones registradas con la presidenta desde hace más de un mes. Además, Carlos Camacho también se reunió con el exmininter entre esas fechas, quien es mano derecha del funcionario.
Renuncias en cadena
El movimiento en el IRTP no ha terminado con la salida de Chandía, presentada oficialmente este 23 de junio. Tras conocerse el proyecto de Boluarte, Ximena Pinto y Giovanna Arrunátegui, comunicadoras de confianza del premier Arana, también dejaron sus cargos. Las funcionarias habían acompañado al premier desde su paso por el Ministerio de Justicia.

El periodismo Marco Calderón advirtió en redes sociales que “ante situaciones enrarecidas en IRTP, algunos funcionarios empezaron a renunciar”, en lo que se interpreta como una limpieza institucional para acomodar al entorno de Santiváñez.
Cabe recordar que el IRTP, adscrito al Ministerio de Cultura, es un medio estatal, no gubernamental. Por eso, el uso de su señal para transmitir un espacio político liderado por el Ejecutivo ha sido calificado por el congresista Édgar Málaga como un “regalo a la presidenta” a costa del derecho a la información.
Nuevo programa de Boluarte bajo cuestionamientos
El proyecto “Cada domingo a las ocho” recuerda prácticas de otros gobiernos latinoamericanos, donde líderes como Hugo Chávez o Andrés Manuel López Obrador utilizaron los medios estatales para comunicarse directamente con la ciudadanía. “Lo que ella hace es emular prácticas que no queremos recordar”, alertó Edgar Málaga.
Mientras el canciller Elmer Schialer calificó la propuesta como “interesante” por diversificar el ecosistema mediático, otras voces cuestionan el uso partidista de una señal pública, especialmente en un contexto en el que la presidenta no rinde cuentas ante la prensa independiente ni en escenarios abiertos.


