Johana Cubillas, hija del emblemático exfutbolista Teófilo Cubillas, sorprendió al declarar que estaría dispuesta a compartir un momento de cordialidad con Macarena Vélez, actual pareja de su expareja Juan Ichazo.
A pesar de los roces pasados, hoy adopta una postura más conciliadora. No hay amistad, aclaró, pero tampoco enemistad: si las circunstancias lo permiten, podrían incluso sentarse juntas a comer.
Esta disposición busca preservar la armonía que rodea a sus hijos, quienes son su prioridad absoluta. Cubillas prioriza el equilibrio emocional de su familia y reconoce una evolución en su forma de abordar los vínculos cercanos.
Dispuesta a sentarse a conversar por el bien de sus hijos

Johana Cubillas no esquivó la pregunta. Al contrario, con voz firme, explicó que el bienestar de sus hijos se impone a cualquier diferencia del pasado. Por eso, si alguna vez se presenta la oportunidad de compartir una comida con Macarena Vélez y los niños, no tendría problema en hacerlo.
La influencer entiende que mantener un entorno equilibrado no depende solo de su rol, sino también de cómo se relaciona con las personas cercanas a sus hijos, incluyendo a la actual pareja de Juan Ichazo.
“Podríamos ir un día a comer juntos”, dijo en América Hoy, con la seguridad de quien ya dejó atrás los conflictos. No pretende construir una amistad, pero sí sentar las bases para una relación de respeto, sin enfrentamientos ni tensión. Para Cubillas, se trata de mostrar a sus hijos que la madurez también se expresa en los gestos más simples, como compartir una mesa sin rencores.
Una relación que pasó de la fricción al respeto mutuo

Hace un tiempo, la sola mención de Macarena Vélez generaba incomodidad en Johana Cubillas. Pero los meses han pasado, y con ellos, las emociones también han mutado. Hoy, Johana reconoce que Vélez ha sabido ganarse un lugar en la vida de Juan Ichazo y, por ende, en la órbita de sus hijos. “Mientras ella los quiera, yo estoy tranquila”, afirmó.
Esta afirmación marca un antes y un después. La visión de Johana ya no se ancla en viejos malentendidos. Aunque no ha buscado una cercanía personal, sí aprecia que Macarena mantenga una actitud respetuosa hacia sus hijos.
En su rol de madre, Cubillas ha aprendido que no siempre es posible controlar las decisiones ajenas, pero sí puede elegir cómo reaccionar ante ellas. Y su elección ha sido clara: la paz emocional de su familia está por encima de todo.
“No somos amigas, pero no me incomoda su presencia”

Cubillas fue directa al explicar que no hay amistad con Macarena Vélez. “No somos amigas”, repitió. Pero esa afirmación no llevaba carga negativa. Más bien, era una manera de establecer límites claros sin dejar de mostrar apertura. Aseguró que la presencia de Vélez no le resulta molesta, siempre que se mantenga el respeto y la comunicación fluida en torno a los niños.
Reconoció que antes pensaba diferente, que quizá su reacción hubiese sido otra en el pasado. Hoy, en cambio, prefiere ver con buenos ojos cualquier esfuerzo por construir un entorno armonioso. No busca complicidad con la actual pareja de Ichazo, pero tampoco enemistad. Si algo tiene claro Johana es que los conflictos adultos no deben enturbiar la experiencia infantil.
Cubillas explicó que sus hijos la observan todo el tiempo, y que es su deber enseñarles con el ejemplo. Quiere que crezcan sabiendo que es posible resolver diferencias sin recurrir al enfrentamiento. Que pueden convivir distintos afectos en un mismo espacio, si hay respeto.
Para ella, la maternidad se trata también de aprender a soltar viejas heridas. De dar prioridad a la salud emocional de los niños, incluso si eso implica hacer concesiones o compartir espacios con quienes, antes, eran percibidos como ajenos. Hoy, Johana no busca una nueva amiga, sino una convivencia amable.