
Recientemente, el Congreso de la República ha aprobado incrementar los fondos del Fondo de Compensación Municipal (FONCOMUN) de 2 puntos porcentuales del IGV a 4 puntos porcentuales. Debemos recordar que la tasa de IGV que pagamos de 18% no es exactamente así. Es la suma de una tasa de 16% del verdadero IGV más 2% de lo que se denomina el Impuesto de Promoción Municipal. Esos 2 puntos porcentuales son la fuente de financiamiento del FONCOMUN. Lo que ha hecho el Congreso es duplicar esa tasa y disminuir la parte que corresponde al IGV. El 18% queda intacto.
Sin embargo, todos los que pagamos impuestos deberíamos prestar atención a este cambio porque están disponiendo arbitrariamente de los recursos que aportamos. Esta nueva repartición de la torta implica que las municipalidades recibirán aún más recursos a pesar de las limitaciones demostradas en cuanto a su incapacidad de poder gastar de manera eficiente. Es como si al hijo más irresponsable de la casa le diéramos una parte importante de nuestros ingresos poniendo en riesgo la economía familiar. Así de grave es la situación.
Debemos recordar que entre los gobiernos regionales y locales ya manejan el 65% de los fondos orientados a inversión pública dejando muy poco margen al gobierno central.
Por otro lado, las municipalidades reciben en promedio 60% de su presupuesto de transferencias donde las más importantes son el FONCOMUN, que ya representa 22% de los ingresos de una municipalidad promedio, y el Canon. Recordemos que esta transferencia se reparte según criterios de población, eficiencia de la gestión y dimensión del territorio. El cambio que se ha aprobado llevará a que cerca de un tercio de los ingresos de las municipalidades provengan del FONCOMUN. Esto es serio porque los impuestos que cobran las municipalidades son solo 11% de sus ingresos totales.
El aumento aprobado hará que el esfuerzo fiscal, es decir, el esfuerzo de las municipalidades por cobrar los impuestos locales se va a ver desincentivado. El depender fuertemente de las transferencias impide que se desarrolle la responsabilidad fiscal entre los gobiernos subnacionales lo que implica un descuido del manejo de las cuentas fiscales. Aumentar el grado de dependencia es muy peligroso y populista.
Se tendrá que hacer control de daños porque para compensar los S/. 9,500 millones adicionales que recibirán las municipalidades. Una opción será el recorte de las transferencias de recursos ordinarios que hace el gobierno central que el año pasado alcanzó la suma de S/. 6,500 millones aproximadamente.
Esto resta flexibilidad a la política fiscal del nivel nacional y limita la capacidad de generar ahorro fiscal para utilizarlo cuando sea necesario como cuando hay fuertes choques externos. La situación fiscal se sigue complicando y todo por medidas populistas que no ayudan en nada en el presente y que van a representar un gran pasivo en el futuro. Esto tiene que parar.
