
La mañana del martes 3 de junio, el emporio comercial de Gamarra, en La Victoria, se vio envuelto en un tenso enfrentamiento entre estibadores y los fiscalizadores municipales. El incidente, que generó gran agitación en la zona, tuvo su epicentro en una de las principales puertas de acceso al Damero A, una zona clave para el transporte de mercancías dentro del complejo comercial. Aunque el bloqueo fue temporal, el conflicto expuso las tensiones derivadas de la reciente nueva ordenanza municipal, que regula el uso de vehículos para el transporte de carga.
Desde temprano, los estibadores de la Asociación de Servicios Especiales de Transporte Menor Complejo en Gamarra (ASETRAM) se reunieron en las puertas del Damero A para bloquear el paso, impidiendo que los vehículos cargados con mercadería ingresaran al área. La razón detrás de este acto de protesta estuvo vinculada a la implementación de una nueva regulación que afecta el tamaño y peso de los vehículos de transporte dentro de Gamarra.
Con la llegada de la ordenanza, los estibadores se vieron obligados a cumplir con nuevos parámetros, que incluyen restricciones sobre los vehículos eléctricos que anteriormente usaban para trasladar la carga.

Pese a la confrontación, el bloqueo duró solo algunos minutos. El personal de la Municipalidad de La Victoria logró retomar el control poco después, cuando los fiscalizadores lograron despejar la zona y restablecer el acceso al Damero. Según los involucrados, los estibadores aguardaban una reunión con las autoridades para aclarar la situación y buscar una solución que permitiera a los trabajadores continuar con sus labores sin infringir la nueva normativa.
La controversia
La principal causa del conflicto radica en la nueva ordenanza que regula el uso de vehículos para transportar mercadería dentro de Gamarra. La normativa, que entró en vigencia hace algunas semanas, establece ciertos límites en cuanto a las dimensiones y características de los vehículos utilizados para el transporte de carga.
Un punto clave ha sido la modificación de los vehículos eléctricos utilizados por los estibadores. Algunos de estos carritos, originalmente diseñados para ser eléctricos, han sido adaptados con motores de scooters y hasta de motocicletas, lo que ha generado preocupación entre las autoridades municipales.

Los estibadores, por su parte, argumentan que no todos los vehículos que operan dentro del emporio comercial se ajustan a las nuevas especificaciones. Además, señalan que el convenio que los vincula con la Municipalidad de La Victoria había vencido, lo que complica aún más la situación. Según los trabajadores, la falta de un acuerdo actualizado con la comuna ha obstaculizado su capacidad para cumplir con la norma.
Carritos eléctricos
Los estibadores utilizan diversos tipos de vehículos para transportar las mercaderías, incluidos los tradicionales carritos azules, pero también se han adaptado vehículos eléctricos más modernos. Estos últimos, según la nueva normativa, deben cumplir con estrictos parámetros de tamaño y peso, lo que ha generado ciertas dudas entre los trabajadores. Algunos de ellos aseguran que las modificaciones que han hecho a sus carritos no violan la ordenanza, ya que los cambios realizados no exceden los límites establecidos.
En contraste, los fiscalizadores municipales han insistido en que los estibadores deben adaptarse por completo a las nuevas regulaciones, independientemente de si las modificaciones fueron previas o no. La disputa también ha revelado la falta de información clara sobre los alcances de la normativa, ya que algunos de los estibadores desconocían por completo las nuevas exigencias para poder ingresar al Damero A.

La lucha por la regularización
A pesar del conflicto, los estibadores han mostrado su disposición a llegar a un acuerdo. En diálogo con representantes municipales, expresaron su deseo de regularizarse y cumplir con las nuevas disposiciones. Sin embargo, también solicitaron que el proceso se realice de manera más ordenada y menos restrictiva. Por su parte, las autoridades locales han manifestado que es crucial que todos los trabajadores del emporio comercial se ajusten a la normativa, no solo para asegurar la seguridad en el tránsito de vehículos, sino también para garantizar un trabajo más organizado dentro del agitado entorno de Gamarra.
La controversia refleja el delicado equilibrio que debe alcanzarse entre la regulación municipal y las necesidades laborales de los trabajadores, quienes desempeñan un rol esencial en el flujo comercial del emporio. El objetivo de las autoridades es mejorar la organización en el transporte de mercancías, pero los estibadores insisten en que las nuevas reglas podrían afectar negativamente su capacidad para realizar su trabajo de manera eficiente.