A mediados del siglo XVI, en una Lima que apenas despuntaba como capital del virreinato, la corona española decidió fundar una institución destinada a formar a las futuras élites intelectuales.
Así fue como el 12 de mayo de 1551 nació la Universidad de San Marcos, una casa de estudios que no solo marcó el inicio de la educación superior en América, sino que también forjó generaciones de pensadores, científicos, médicos y escritores.
Con respaldo real y orientación dominica en sus primeros años, esta universidad fue construyendo su reputación entre cátedras, disputas teológicas y el despertar de un pensamiento autónomo que más adelante influiría en procesos emancipadores.
Un acto fundacional con sello real

La autorización para establecer la universidad fue otorgada por el rey Carlos V, quien veía en la educación un instrumento de control y civilización para las tierras recientemente conquistadas. La cédula real emitida en Valladolid ordenó fundar un centro de formación similar a los de Europa.
El documento llegó a Lima y fue recibido por las autoridades eclesiásticas, que se encargaron de llevar a cabo la iniciativa. La enseñanza comenzó bajo la tutela de los dominicos, pero pronto la institución obtuvo autonomía jurídica y académica. El acta de instalación, firmada el 2 de enero de 1553, oficializó su existencia bajo el nombre de Real Universidad de la Ciudad de los Reyes.
De convento a universidad laica

Los primeros años de San Marcos estuvieron profundamente ligados a la Iglesia. Sin embargo, con el tiempo, sus aulas fueron tomando distancia de los claustros. El traslado a la calle Corcovado y, posteriormente, al local de la Casona del Parque Universitario marcó etapas en su desarrollo institucional.
A lo largo de los siglos, se consolidó como una universidad laica, autónoma y plural. La ampliación de sus carreras, el ingreso de nuevas disciplinas y la creciente participación de estudiantes en la vida política del país hicieron de San Marcos un espacio dinámico y, a menudo, incómodo para los poderes establecidos.
A inicios del siglo XX, la universidad abrazó el espíritu reformista que recorría América Latina, impulsando la democratización del acceso al conocimiento.
Forjadora de pensamiento crítico y resistencia

A lo largo de su historia, San Marcos ha sido escenario de debates fundamentales para la vida nacional. En sus claustros se gestaron ideas independentistas, proyectos de modernización y también movimientos de protesta frente a dictaduras y autoritarismos.
Figuras como Hipólito Unanue, Raúl Porras Barrenechea, José Carlos Mariátegui y Flora Tristán pasaron por sus aulas o se vincularon con su legado intelectual. La universidad no solo se ha caracterizado por su rigor académico, sino también por su compromiso social y su espíritu contestatario.
En tiempos de represión o censura, sus estudiantes y docentes han levantado la voz, defendiendo la libertad de pensamiento y el derecho a una educación pública y de calidad.
Un legado que sigue en expansión

Hoy, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos continúa desempeñando un papel clave en el panorama educativo del Perú y América Latina. Con más de 20 facultades, una red de institutos de investigación y miles de estudiantes provenientes de todo el país, se mantiene como referente académico.
Su campus principal, ubicado en la ciudad universitaria de Lima, alberga bibliotecas, museos, centros culturales y espacios de debate abiertos a la sociedad.
Aunque enfrenta desafíos estructurales y financieros, San Marcos conserva su prestigio como la universidad decana de América, símbolo de persistencia y renovación. Su historia, iniciada hace casi cinco siglos, sigue escribiéndose con cada promoción que egresa y con cada descubrimiento que sale de sus laboratorios.

La UNMSM alberga la segunda biblioteca más grande del Perú
En el cruce de las avenidas Javier Prado y Aviación, en San Borja, se levanta la Biblioteca Nacional del Perú (BNP), reconocida como la más grande del país y símbolo del conocimiento. Con una extensión de 20.000 m², esta ‘casa del saber’ apenas supera por 200 m² a otra biblioteca de proporciones comparables.
Con 19.800 m² de extensión, la Biblioteca Central ‘Pedro Zulen’ ocupa el segundo lugar entre las más grandes del Perú. Su moderna infraestructura se alza en la Plaza Cívica del campus universitario y está compuesta por varios edificios interconectados, distribuidos en cuatro niveles. Gracias a este diseño arquitectónico, puede recibir hasta 2.500 usuarios al mismo tiempo.