
La Autopista Ramiro Prialé es una de las principales vías que conectan Lima con la sierra central, pero pocos conocen la historia del hombre que le dio nombre. Ramiro Prialé fue un dirigente aprista, senador y pieza clave en la modernización del país.
Su legado político, marcado por la lucha parlamentaria y la promoción de obras de infraestructura, lo convirtió en un referente del siglo XX. Tras su fallecimiento en 1988, su nombre quedó inmortalizado en esta vía, símbolo de su visión de desarrollo y conectividad para el Perú.
Primeros años y el Apra

Nacido en Huancayo el 22 de marzo de 1904, Prialé dedicó su vida a la lucha por la justicia social y la democracia en el Perú. Su legado es tal que una importante autopista en Lima lleva su nombre, en honor a sus contribuciones al desarrollo del país.
Desde joven, Prialé mostró un profundo interés por los asuntos sociales y políticos. Su compromiso lo llevó a unirse al Partido Aprista Peruano, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, convirtiéndose en uno de sus miembros más activos y cercanos colaboradores.
A lo largo de su carrera, enfrentó múltiples desafíos, incluyendo persecuciones políticas y encarcelamientos, debido a su firme oposición a regímenes autoritarios y su defensa de los derechos civiles.
Dentro del PAP, Prialé ocupó diversos cargos de relevancia. Fue miembro de la Dirección Nacional y desempeñó un papel crucial en la organización y expansión del partido a nivel nacional.
Su habilidad para el diálogo y la negociación lo convirtieron en una figura clave durante las transiciones políticas y en momentos de crisis. Además, su lealtad y dedicación al partido le valieron el respeto y la admiración de sus compañeros y adversarios políticos.
Contribuciones al desarrollo nacional

Más allá de su actividad partidaria, Prialé tuvo una destacada participación en el ámbito legislativo. Fue elegido senador en múltiples ocasiones, desde donde promovió leyes y proyectos orientados al desarrollo económico y social del país.
Su enfoque se centró en mejorar la infraestructura nacional, considerando que el progreso en este sector era esencial para el crecimiento y la integración del Perú.
Entre sus iniciativas más notables se encuentran proyectos relacionados con la construcción de carreteras y vías de comunicación que facilitarían el comercio y el tránsito entre las diversas regiones del país.
La Autopista Ramiro Prialé

En reconocimiento a su dedicación y esfuerzo en pro de la infraestructura nacional, una de las principales autopistas de Lima lleva su nombre: la Autopista Ramiro Prialé. Esta vía es fundamental para la capital peruana, ya que conecta diversos distritos y facilita el tránsito vehicular, descongestionando otras rutas principales.
La autopista se inicia en el intercambio vial La Menacho, en la Vía de Evitamiento, y se extiende paralelamente al río Rímac hasta el intercambio vial de Cajamarquilla.
Su construcción ha sido vital para mejorar la conectividad entre Lima y las zonas del este, incluyendo distritos como El Agustino, San Juan de Lurigancho y Lurigancho-Chosica. Además, sirve como una ruta alterna a la Carretera Central, facilitando el acceso hacia el centro del país.
Ampliaciones y proyectos futuros

Con el crecimiento demográfico y vehicular de Lima, la Autopista Ramiro Prialé ha sido objeto de diversos proyectos de ampliación. En 2012, se presentó un plan para extender la autopista en dos tramos: el primero, de 19.5 kilómetros, hasta Puente Los Ángeles, y el segundo, de 18 kilómetros, hasta el distrito de Ricardo Palma, en la provincia de Huarochirí.
Estas ampliaciones buscan mejorar la fluidez del tránsito y ofrecer alternativas más rápidas y seguras para los conductores. Aunque las obras han enfrentado retrasos y desafíos, se espera que, una vez concluidas, contribuyan significativamente al desarrollo económico y social de las zonas involucradas.
La vida y obra de Ramiro Prialé son testimonio de un compromiso inquebrantable con el progreso y el bienestar del Perú. Su visión sobre la importancia de la infraestructura como motor de desarrollo ha dejado una huella imborrable en la historia del país.
La autopista que lleva su nombre no solo es una vía de comunicación esencial, sino también un recordatorio constante de su dedicación y servicio a la nación. Prialé falleció el 25 de febrero de 1988, pero su legado perdura en las obras y en la memoria colectiva de los peruanos.