La tarde del 6 de febrero, después de más de cinco horas de intensas lluvias, un devastador huaico sorprendió a los pobladores de Tierras Blancas, en Nasca, Ica, dejando más de 30 viviendas afectadas. Videos difundidos en redes sociales muestran cómo una ola de lodo, escombros, piedras y madera baja violentamente por la quebrada del río Tierras Blancas.
Las lluvias incrementaron el caudal del río, lo que provocó este deslizamiento que también alcanzó las zonas cercanas a los ríos Trancas y Nasca, poniendo en grave peligro viviendas y cultivos. Ante la magnitud del desastre, el alcalde de Nasca, Jorge Bravo, solicitó la presencia de autoridades del gobierno central y pidió declarar en emergencia la provincia.

En respuesta, el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) inició trabajos de limpieza y descolmatación en las áreas afectadas. La entidad movilizó dos tractores oruga para llevar a cabo estas labores, cuyo objetivo es retirar aproximadamente 15,000 metros cúbicos de escombros, piedras y lodo en las próximas dos semanas. Estos trabajos son fundamentales para prevenir el colapso de infraestructuras y garantizar la seguridad de los habitantes de la zona.
Durich Whittembury, titular del MVCS, destacó que se está coordinando estrechamente con las autoridades locales para optimizar las operaciones. “La maquinaria del ministerio ya está trabajando. A primeras horas de la mañana se sostuvo una reunión con el comité de riesgos de la Municipalidad de Nasca”, indicó el funcionario.
Daños a viviendas y tierras agrícolas
El desborde del río Tierras Blancas ha generado graves daños en las zonas aledañas y afectó por lo menos a 30 viviendas. El desastre ocurrido tras casi 5 horas de lluvia, sorprendió a los lugareños que tuvieron que abandonar sus casas para ponerse a salvo.
Ante la magnitud del desastre, las autoridades locales activaron los planes de emergencia para responder a la crisis. Muchas familias afectadas se han visto obligadas a instalarse en carpas temporales y refugios improvisados, debido a la destrucción de sus viviendas, que las ha dejado sin un lugar seguro donde pasar la noche.
Los damnificados solicitan con urgencia ayuda humanitaria en forma de víveres, frazadas y agua potable, necesidades básicas que les permitirán afrontar los días venideros mientras continúan los trabajos de remoción de escombros.
Además de los daños ocasionados en las viviendas, se han reportado afectaciones en las vías de acceso, lo que complica las tareas de rescate y el envío de ayuda humanitaria. En respuesta, equipos de Defensa Civil, la Policía Nacional y el Ejército están trabajando de manera coordinada para retirar los escombros y asegurar la protección de los ciudadanos afectados.
Pese a que el Ministerio de Vivienda ya inició con los trabajos de limpieza, el alcalde Jorge Bravo pidió la presencia del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego para mitigar el daño que dejó el desastre a los cultivos agrícolas. Según indicó el funcionario, los agricultores de cebollas fueron los más afectados.
Trabajos previos
Durante el 2024, el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) llevó a cabo 43 intervenciones en ríos y quebradas, además de distribuir agua potable en las provincias de Chincha, Ica, Nasca, Palpa y Pisco. A través del programa “Nuestras Ciudades”, se logró retirar más de 201,000 metros cúbicos de material excedente en cauces como los ríos San Juan, Río Seco, y las quebradas Casablanca y Tierras Blancas.

Se esperaba que estas acciones preventivas reduzcan los riesgos asociados a lluvias intensas, como desbordes de ríos, deslizamientos de tierra y bloqueos de vías, que afectan tanto a las comunidades como a la economía del país.
Sin embargo, habitantes de Tierras Blancas se mostraron sorprendidos por impacto que causó el huaico del pasado 6 de febrero e indicaron que no vivieron un fenómeno similar en los últimos 30 años.



