Empezar pequeño, pensar en grande: cómo pasar del FOMO a la realidad con IA  

La verdadera transformación digital impulsada por IA exige mucho más que entusiasmo

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Las organizaciones deben tener la
Las organizaciones deben tener la libertad de decidir dónde diseñar, desarrollar e implementar sus aplicaciones (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Cuántas veces compramos productos en oferta que no necesitamos sólo para “aprovechar la oportunidad”? El resultado casi siempre es el mismo: pérdida de dinero, de tiempo y de objetivos, ya que terminamos olvidándonos rápido de aquello que en un principio parecía “indispensable”. Con la inteligencia artificial sucede algo parecido. El miedo a quedarse fuera de la ola - lo que nosotros llamamos “FOMO AI”-, empuja a muchas organizaciones a dejarse llevar por la tendencia sin un rumbo claro. Y, como vemos seguido, son pocos los proyectos que llegan a destino.

La verdadera transformación digital impulsada por IA exige mucho más que entusiasmo. Requiere un entendimiento profundo de los objetivos del negocio, una estrategia sólida, una ejecución consciente y, sobre todo, un compromiso ético y responsable. El punto de partida es siempre el mismo: definir con precisión qué problema o desafío queremos resolver y, a partir de ahí, determinar qué tecnología es la más adecuada para hacerlo de manera eficiente y sostenible.

Ante la pregunta, “¿Por dónde empiezo a innovar con IA?”, en Red Hat creemos que la respuesta está en la cultura. En un escenario de innovación constante, las empresas necesitan desarrollar una cultura abierta, capaz de adaptarse a los cambios. La mentalidad de las organizaciones debe evolucionar desde estructuras rígidas hacia dinámicas más colaborativas que aceptan el error como parte del proceso y que brinden a las personas la confianza necesaria para aportar ideas y ser creativos sin importar el rango.

La mentalidad de las organizaciones debe evolucionar desde estructuras rígidas hacia dinámicas más colaborativas

Contar con una gobernanza sólida de los datos y con una infraestructura tecnológica híbrida y abierta es esencial para lograr esa adaptabilidad de la que hablamos. Las organizaciones deben tener la libertad de decidir dónde diseñar, desarrollar e implementar sus aplicaciones, y, más importante aún, dónde alojar sus datos —on-premise, en una nube privada o pública—, el verdadero combustible de la inteligencia artificial.

La potencia que da la unión entre una cultura abierta y tecnologías abiertas es clave para que las organizaciones puedan afrontar con rapidez cualquier tipo de cambio sin depender de un único proveedor. Pensemos, por ejemplo, en un banco que debe adaptar su sistema a una nueva regulación en cuestión de horas. Si cuenta con una plataforma abierta y con equipos capacitados, podrá aplicar modelos de inteligencia artificial que automaticen la actualización de sus aplicaciones de forma casi inmediata, garantizando el cumplimiento normativo sin interrumpir su operación.

Volviendo a la pregunta que nos hicimos al principio, nosotros creemos que la mejor manera de incorporar IA es hacerlo de forma gradual, pero con una visión amplia. No se trata de automatizar toda la operación de un día para otro, sino de comenzar con proyectos pequeños, mostrar resultados concretos e ir escalando el modelo hacia otras áreas de negocio de manera progresiva.

La mejor manera de incorporar IA es hacerlo de forma gradual, pero con una visión amplia

Un ejemplo concreto es el de la aseguradora La Segunda, que partió de una necesidad muy clara: mejorar la atención al cliente. Para ello, desarrolló un modelo de inteligencia artificial orientado a simplificar la gestión de pólizas. Gracias a esta solución, los inspectores pudieron utilizar lenguaje natural para automatizar la evaluación de culpabilidad en los siniestros, generando un primer diagnóstico más ágil y brindando respuestas más rápidas a los asegurados. Este proyecto marcó el inicio de una transformación más profunda: el equipo de IT logró escalar el modelo, trabajar de forma integrada con otras áreas del negocio y abordar nuevos casos de uso sobre una misma plataforma tecnológica.

En un mundo donde la innovación avanza minuto a minuto, no existen las soluciones cerradas: la única constante es el cambio. Por eso, las organizaciones deben prepararse para enfrentarlo con flexibilidad, una mentalidad de “beta continuo” y la convicción de que el futuro de la IA debe ser abierto:sólo así podrán innovar con libertad y eficiencia operacional, de principio a fin.

El autor es Regional Manager SOLA-East, Country Manager Argentina en Red Hat