
David Hume (economista y filósofo fundamental) exponía las ventajas de las sociedades: “Nuestros poderes aumentan conjugando fuerzas. Especializando nuestros empleos, las habilidades se hacen productivas. Estableciendo auxilios mutuos quedamos menos expuestos a accidentes y malas fortunas”. Sus obras principales son: Tratado de la naturaleza humana (1739) e Investigación sobre el entendimiento humano (1748).
No obstante, se sabe que el abuso de poder suele acabar con el disfrute y posesión de aquellos derechos que hubiéramos adquirido. En tanto exista una corrupción ocurra, las personas seremos menos industriosas e incentivadas.
Por lo tanto, la inestabilidad de la propiedad es el impedimento principal de la prosperidad y una de las tres principales leyes de cuya estricta observancia depende la paz y seguridad de las sociedades. Las otras dos leyes son la transferencia por consentimiento y el cumplimiento de las promesas. La protección de las libertades y seguridades de las personas condiciona el de los derechos de propiedad, que son menos apreciadas donde la vida y facultades humanas son menos protegidas.
Para John Locke, la preservación de la vida y de la propiedad es la razón de las sociedades y del Estado. En efecto, el objeto principal de los gobiernos es defender vidas y propiedades.
Sin embargo, en la Argentina creció la inseguridad en todos esos sentidos, en los últimos 40 años. Sufrimos abusos crecientes:
1) la inflación y cambios de reglas nos despojan diariamente de propiedades, contratos, sueldos, y las trabas burocráticas dificultan nuestras actividades, buena parte de las promesas suelen incumplirse;

2) Liberan delincuentes y criminales reincidentes, aterrorizando barrios y poblaciones enteras;
3) Gremialistas violentos impiden movimientos y decisiones de las empresas;
4) Suben los impuestos para atender gastos no prioritarios;
5) Multiplican los juicios laborales;
6) Satisfechos con las extorsiones que obtienen del gobierno, piqueteros impiden el tránsito vehicular en las calles;
7) Contrariando a sus funciones originales, funcionarios pagan a los movimientos sociales para que impidan transitar por la vía pública;
8) Nuestra decadencia no sorprende. Dirigentes políticos engrosan patrimonios y privilegios sin protegernos como prometieron;
9) El Estado nos va empobreciendo, usurpando derechos y facultades. Una semana atrás destacaba en nota en Infobae: “La dirigencia política, lejos de las necesidades de la sociedad”. Las propiedades generan una corriente de ingresos en el tiempo cuyo valor actualizado debiera coincidir con el de las mismas. Por eso, recursos son las oportunidades de contratar. A mayores habilidades, mayor el aprecio por las propiedades.
Así, la brecha entre los PBI por habitante: USD 8.900 anuales de Brasil, USD 14.000 de Argentina, y USD 100.000 de Irlanda, reflejan tales diferencias de amplitudes contractuales. Efectivamente, las libertades y seguridades de contratar confirman los recursos responden a restricciones macroeconómico-institucionales. La satisfacción de las leyes de David Hume condiciona el valor de los resultados. Cuánta más seguras y amplias las seguridades de contratar, mayor su valor.
Propuesta para un País más Justo y Floreciente
El primer paso es reconocer los méritos separados de las distintas actividades individuales y que las personas puedan decidir libremente, sin imposiciones burocráticas.
En la Argentina, los gobiernos tienden a confundir las actuaciones personales como si fueran similares. Los precios, ingresos, condiciones económicas, determinadas libremente en las transacciones individuales, conforman “la Mano Invisible”, el mecanismo informativo avanzado por Adam Smith, en La Riqueza de las Naciones, que conseguiría las mejores propuestas para el conjunto. El camino opuesto a las resoluciones impuestas por las autoridades para sufragar gastos o medidas gubernamentales contrarias a los deseos de la población.

Por ejemplo, emitir pesos por parte del Banco Central para pagar gastos (lo cual licúa poder adquisitivo a lo ya emitido) o disponer fondos de las jubilaciones comunes, ya otorgadas, entre quienes carecían de jubilaciones, constituyen redistribuciones de patrimonios que deterioran los del conjunto.
De igual modo, tratar a criminales y delincuentes como si fuesen inocentes de culpa, pone en peligro la vida de todos.
La sociedad clama por el cese de la violencia en las calles, en todas las decisiones y en todos los ámbitos, incluso el avasallamiento de un poder por otro. Demanda acuerdos con el mayor número de interlocutores; abrir al comercio internacional y destrabar todas las transacciones en el país, hasta del Impuesto al Cheque y a los Ingresos Brutos.
Cobrar impuestos para financiar gastos prescindibles es abusar y violentar a los contribuyentes. Acordar, contratar, es el mecanismo para expandir la conformidad de la gente y sus ingresos.
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