
Buenas acciones, sacrificios mortales e incluso sucesos inexplicables surgidos por una aparente divinidad, son las razones por las que diferentes individuos fueron beatificados y canonizados por el Vaticano para llevar consigo el nombre de santo.
Todos los días, como se indica en el calendario santoral, se conmemora la vida y muerte de estos seres, hombres y mujeres, que dedicaron su existencia a la iglesia católica misma que les valió el nombramiento.
Este es el santoral del miércoles 5 de noviembre.
Festejo del día: San Zacarías
La historia de Zacarías e Isabel se relata en el primer capítulo del evangelio de San Lucas. Zacarías era sacerdote y estaba casado con Isabel, descendiente de Aarón, hermano de Moisés. El evangelio los describe como un matrimonio ejemplar, justo y fiel a los mandamientos de Dios, aunque no tenían hijos porque Isabel era estéril y ambos eran de edad avanzada.
Durante su servicio en el templo, Zacarías tuvo una visión: un ángel se le apareció y le anunció que su oración había sido escuchada y que Isabel daría a luz un hijo al que llamarían Juan. Este hijo, afirma el ángel, tendría una misión especial y estaría lleno del Espíritu Santo. Zacarías dudó del anuncio por su avanzada edad, por lo que el ángel Gabriel le comunicó que quedaría mudo hasta el nacimiento del niño como señal.
Poco después, Isabel quedó embarazada y permaneció reservada durante cinco meses, atribuyendo el embarazo a una bendición divina que quitó su humillación. El ángel Gabriel también informó a María que Isabel esperaba un hijo, lo que motivó la visita solidaria de María, quien la acompañó durante los últimos meses del embarazo hasta el nacimiento de Juan, que fue considerado un acontecimiento notable.
Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este miércoles 5 de noviembre como los siguientes:
Beata María del Carmen Viel Ferrando (s. XX)
San Marcos de Ecano (s. V)
Beato Juan Antonio Burró Más (s. XX)
Beato Guido María Conforti (s. XX)
San Guetnocio de Bretaña (s. VI)
Beato Gregorio Lakota (s. XX)
Beato Gómidas Keumurgian (s. XVIII)
San Geraldo de Beziers (s. XII)
San Fibicio de Tréveris (s. VI)
Santo Domnino de Cesarea (s. IV)
Santo Domingo Mau (s. XIX)
Santa Bertila de Chelles (s. VI)
Beato Bernardo Lichtenberg (s. XX)
Qué se necesita para ser nombrado un santo

La Iglesia Católica y ortodoxa usan la canonización para declarar como santo a una persona ya fallecida, lo que implica incluir su nombre en el canon (lista de santos reconocidos) y el permiso de venerarla, reconociendo su poder ante Dios.
Durante el Cristianismo, las personas eran reconocidas como santas sin necesidad de un proceso formal; sin embargo, ello cambió en la Edad Media.
En el caso del catolicismo, la Iglesia debe hacer una investigación exhaustiva de la vida de la persona a santificar y existen cuatro formas de lograr el nombramiento: la vía de las virtudes heroicas; la vía del martirio; la de las causas excepcionales, confirmadas por un culto antiguo y fuentes escritas; y la del ofrecimiento de la vida.
Además, es requisito indispensable que haya hecho al menos dos milagros (o uno en el caso de ser mártir). La canonización se hace en una solemne declaración papal y se le asigna un día de fiesta para la veneración litúrgica.
No hay un periodo establecido para realizar la canonización de un personaje, pues incluso hay casos como el de San Pedro Damián que fue canonizado hasta 756 años después de su muerte o, por el contrario, el caso de San Antonio de Padua que fue nombrado hasta 352 días después de su deceso.
La última canonización tuvo lugar en octubre de 2019, cuando el Papa declaró santos al cardenal John Henry Newman y a la hermana Dulce, de Brasil.


