
“Argentina necesita un sistema logístico más ágil y moderno”, comenta Vanesa. Según su perspectiva, una de las claves para superar los desafíos en la industria cosmética está en mejorar la eficiencia en los procesos logísticos y la gestión de importaciones.
¿Cómo ves hoy la industria cosmética en Argentina y en la región?
La industria cosmética en Argentina está en un proceso de crecimiento, pero con muchas variaciones y desafíos. En comparación con países como Chile o Brasil, que tienen mercados más regulados y maduros, Argentina está recién comenzando a ver una apertura.
Esto ha traído mucha competencia al mercado, lo que, por un lado, es positivo porque genera dinamismo, pero por otro lado, obliga a las empresas a buscar mejores proveedores logísticos, renegociar tarifas y mejorar la eficiencia en los tiempos de entrega.
Por otro lado, el mercado en Argentina todavía está en un proceso de adaptación. Hay productos que no siempre tienen el éxito esperado y otros que superan las expectativas. Esto hace que el manejo de inventarios y la logística sea un desafío constante, ya que no siempre sabemos con certeza qué productos serán más demandados.
¿Por qué creés que es necesario mejorar la logística internacional y qué impacto tendría en el comercio exterior?
Es fundamental modernizar la logística internacional, porque muchos de los costos logísticos afectan directamente el precio final de los productos. En Argentina, el comercio exterior está fuertemente atado al tipo de cambio. Por ejemplo, con la variación del dólar, los costos de importación fluctúan y esto impacta en los precios de los productos que llegan al consumidor final. Si logramos hacer más dinámico y menos burocrático el proceso logístico, podríamos reducir considerablemente esos costos.
Argentina necesita un sistema logístico más ágil y moderno, similar al de países como Brasil o Chile, donde el tipo de cambio no afecta tanto el mercado local. Si mejoramos la agilidad de los procesos logísticos, también podremos hacer frente a la competencia de manera más efectiva, beneficiando tanto a los importadores como a los consumidores.
La industria cosmética tiene productos que están en contacto directo con el cuerpo. ¿Qué complicaciones trae eso a la hora de importar?
Esa es una de las mayores complicaciones, ya que los cosméticos deben cumplir con normativas estrictas, especialmente en términos de ingredientes y fabricación. En Argentina, la aduana a veces es muy estricta con la clasificación de insumos y el etiquetado, lo que genera ciertas trabas en el proceso de importación.
Por ejemplo, hemos tenido dificultades al tratar de importar materiales que se usan en la industria alimenticia pero que son perfectos para la cosmética debido a sus mejores terminaciones. Sin embargo, la aduana exige que se declare como material alimenticio, lo cual complica todo el proceso y puede resultar en multas o en la incautación de la mercancía.

Es frustrante, porque estas trabas no siempre están bien definidas y pueden generar demoras en el proceso de importación, lo que a su vez puede afectar la producción y, en algunos casos, parar líneas de producción enteras.
¿Y qué pasa con el packaging y los materiales que acompañan al producto cosmético?
El packaging también enfrenta regulaciones. Para la industria cosmética también se importan bolsas, etiquetas y otros accesorios. Sin embargo, todo esto tiene que pasar por un proceso de validación y puede generar demoras. Por ejemplo, en ocasiones, las bolsas que importamos pueden tardar hasta 10 días en llegar, pero el producto completo solo se puede disponibilizar después de 60 días debido a los controles adicionales.
En los últimos tiempos, estos procesos se han flexibilizado, pero aún existen controles que ralentizan el proceso. Aunque ahora la carga de documentos y la presentación de legajos se hace de manera más dinámica a través de plataformas web, aún persisten las inspecciones manuales, y muchas veces los productos caen en un “canal rojo”, lo que significa que serán verificados exhaustivamente, algo que no siempre es necesario.
¿La industria cosmética tiene producción nacional o es puramente importada?
En Argentina existe producción nacional en algunos sectores, especialmente en áreas como el textil y el calzado. En cuanto a los cosméticos, también hay producción local, pero la mayoría de los insumos siguen siendo importados. La ventaja de la producción nacional es que responde más rápidamente a la demanda local, ya que no dependés de la logística internacional y los tiempos de transporte.
El desafío de importar productos es que, aunque los tengas en stock, los tiempos de logística, almacenamiento y rotación del inventario pueden complicar la planificación. En la industria cosmética, uno debe prever la demanda de productos con hasta un año de anticipación, lo cual es complicado, ya que el mercado puede cambiar rápidamente. Si por alguna razón, como ocurrió con la pandemia, los productos no se venden según lo esperado, uno termina con un stock que no se mueve.
En relación con la producción sostenible y cruelty-free, ¿hay producción local en Argentina?
A nivel local, aún falta bastante para que la industria cosmética argentina cumpla con estándares de sostenibilidad y prácticas cruelty-free. Aunque algunas marcas multinacionales implementan estas políticas de manera global, los grandes laboratorios locales no siguen esta tendencia de manera consistente.
En mi experiencia, las marcas que practican el cruelty-free y la sostenibilidad son principalmente las de empresas internacionales que ya operan con estos principios en sus mercados de origen.
El cambio está en marcha, pero es un proceso lento, especialmente en el contexto de una industria que históricamente ha sido muy grande y establecida, y donde las regulaciones no siempre siguen el ritmo de las nuevas demandas del mercado.
¿Qué habilidades creés que son clave para formar parte de un equipo de comercio exterior?
La curiosidad es fundamental. Argentina es un país que cambia constantemente, y lo que hoy es cierto, mañana puede no serlo. Esto se evidenció claramente con la pandemia, cuando de un día para otro nos cerraron los aeropuertos y las aerolíneas desaparecieron. Lo más importante es tener un equipo que pueda adaptarse rápidamente a los cambios, que sepa cómo resolver problemas con creatividad, y que no tenga miedo de equivocarse.
En comercio exterior, los desafíos son diarios, y lo peor que podés hacer es no comunicarte. En mi equipo, trato de transmitirles que está bien equivocarse, siempre y cuando se comuniquen y aprendan de esos errores. La libertad para tomar decisiones y la confianza en el equipo son esenciales para que puedan desarrollarse y aportar ideas nuevas.
Últimas Noticias
Logística en expansión: cómo la industria alimenticia enfrenta más demanda y mayores exigencias
Diego Carchini, jefe de logística en una empresa de la industria de la alimentación, explica cómo evolucionan las cadenas de suministro y por qué la digitalización es clave

Cadenas de suministro en transición: América Latina y el Caribe redefinen sus mercados
Un informe de la CEPAL advierte que la región deberá diversificar relaciones comerciales, reforzar la integración regional y adaptar sus flujos logísticos para enfrentar el nuevo escenario global

70 años del contenedor: cómo Malcolm McLean hizo cada rincón del mundo más cercano
El aniversario del contenedor invita a revisar cómo una idea disruptiva logró simplificar operaciones, potenciar la intermodalidad y reordenar el mapa del comercio internacional

El futuro de la logística: digitalización, automatización y eficiencia en la última milla
Emiliano Segura, director de Argentina y co-founder de una empresa log-tech de última milla, destaca el papel de la tecnología y la automatización en la mejora del servicio y la experiencia del cliente final

Inundaciones en zonas rurales: cómo el deterioro de los caminos altera la logística
Las lluvias intensas afectan la movilidad en áreas productivas, frenan transportes y complican el flujo de bienes esenciales en todo el país



