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Ariel Di Mattia es director
Ariel Di Mattia es director de partners globales de una empresa proveedora de soluciones tecnológicas (Foto: Movant Connection)

La digitalización de documentos y la incorporación del IoT en la logística son parte de una transformación profunda que promete agilidad y seguridad en la cadena de valor. Según las proyecciones de Ariel, “toda la cadena de suministros va a estar comprometida”.

¿Qué es un software y cómo funciona?

En términos simples, un software es un conjunto de instrucciones que damos a la computadora para que haga lo que necesitamos. Pero antes de llegar a programar, hay mucho trabajo previo: entender al usuario, el negocio y la necesidad. Ese entendimiento es tan importante como la programación misma.

Para desarrollar un software, lo más importante es entender el propósito. Hacer software sin propósito no sirve. La tecnología tiene sentido cuando resuelve un problema real, no uno inventado.

¿Cómo se puede beneficiar una empresa logística con el uso de software?

Cuando hablamos de logística y software llegamos rápido a la Internet de las Cosas. Con dispositivos de seguimiento, cámaras, sensores de presencia, podemos tener información en tiempo real para hacer los procesos más seguros y eficientes.

Pensemos en el seguimiento de flotas, en saber dónde está cada camión o cada pallet en un momento puntual, o en la operatoria en depósitos y almacenes con stocks en línea. Incluso detectar anomalías, como un producto mal estibado o defectuoso. Todo eso hoy es posible con software e IoT, y son ejemplos concretos de cómo la tecnología puede ayudar al sector logístico.

¿Qué rol cumple el software para darle competitividad a una empresa?

La tecnología es lo que te permite llegar a tiempo, reducir costos y eliminar procesos burocráticos que no aportan valor. Si una empresa logra hacerlo con software, tiene una ventaja competitiva enorme frente a otra que se quedó con métodos de décadas pasadas. Y si sumamos inteligencia artificial, la diferencia puede ser todavía mayor, sobre todo en la optimización de procesos logísticos.

¿Cómo se posiciona Argentina frente a estas soluciones tecnológicas?

Creo que Argentina está bien posicionada. La calidad de los profesionales es muy buena y sigue siendo muy demandada en el mundo. El talento argentino en tecnología está a la altura de estándares globales. Hoy tenemos capacidad tanto de generar soluciones como de incorporar desarrollos externos. En logística y en otros sectores estamos en condiciones de competir.

Si tuvieras que describirle a una empresa por qué integrar un software, ¿qué le dirías?

Lo principal es evaluar si comprendemos realmente la necesidad del negocio. La clave es que el software resuelva algo concreto: optimizar costos, tiempos o procesos complejos. Cuando se logra simplificar eso mediante una aplicación, la decisión está bien encaminada.

¿Qué proceso se sigue para saber si estas soluciones funcionan bien?

Existe un ciclo de vida del software. Tiene etapas definidas: diseño, arquitectura, programación, testing, QA. Si cada una se ejecuta bien, al final obtenemos el producto que necesitamos. Es un proceso formal que garantiza calidad.

¿Qué rol creés que puede llegar a tener la tecnología en el futuro del sector logístico?

Creo que es fundamental. No porque en otros sectores no lo sea, pero acá hay muchísimas áreas para optimizar, mejorar y hacer más seguros los procesos. La tecnología que hoy conocemos, bien explotada, y la que se viene con la inteligencia artificial van a marcar una gran diferencia. Además, iniciativas como la digitalización de documentos en comercio exterior van a ser clave. Esos dos pilares son los que más proyección le dan al sector.

Según Ariel, el Internet de
Según Ariel, el Internet de las Cosas le permite a las empresas logísticas pensar en "seguimiento de flotas, en saber dónde está cada camión o cada pallet en un momento puntual, o en la operatoria en depósitos y almacenes con stocks en línea" (Imagen: Shutterstock)

¿Qué avances ves en la digitalización de la documentación en comercio exterior?

Hoy el comercio transfronterizo sigue siendo muy de papel. Pero la tendencia hacia el 2030, impulsada por la Cámara Internacional de Comercio, es pasar a documentos digitales. Eso permitiría una agilidad enorme: lo que hoy esperamos en físico podría circular en segundos, como un correo electrónico. Los beneficios son claros: menos papel, más velocidad y trazabilidad. Ya hay países como Francia, Reino Unido, Singapur o Suecia que avanzan fuerte en esto. En la región, las cámaras locales también lo están promoviendo.

Si se logra, toda la cadena de suministros va a estar comprometida: navieras, despachantes, organismos gubernamentales. Y eso puede abrir nuevos modelos de negocio, como pasó con las fintech frente a la banca tradicional.