Guardar
Geraldina Marino es licenciada en
Geraldina Marino es licenciada en comercio internacional con experiencia en e-commerce, consumo masivo y electrónica (Foto: Movant Connection)

“La anticipación y la relación de confianza con los proveedores son las que te salvan cuando surge un imprevisto”, sostiene Geraldina. Con una carrera que abarca múltiples sectores, describe cómo la planificación, el stock de seguridad y las alianzas estratégicas permiten responder a un consumidor cada vez más exigente.

¿Qué es lo que te motivó a especializarte en supply chain y qué es lo que te mantiene trabajando en ese rubro?

Desde que comencé a estudiar la carrera de Comercio Exterior empecé a descubrir que este ámbito tiene particularidades distintas a otras funciones dentro de una organización. Lo que más me atrajo fue el dinamismo y la necesidad de tomar decisiones de manera ágil en un entorno complejo. Esa exigencia de adaptarse y reinventarse todos los días es lo que me confirma que elegí bien.

En más de 18 años de carrera fui sumando experiencias en distintas industrias: consumo masivo, retail, e-commerce. Entendí que la cadena de supply chain es única, pero los tiempos y exigencias cambian según la necesidad del consumidor. Esa amplitud y diversidad es lo que más me motiva.

Tenés también experiencia en logística. ¿Cómo ves la relación entre logística y comercio exterior?

Están 100% relacionadas y con un objetivo en común. El comercio exterior no puede pensarse aislado: forma parte de la cadena de abastecimiento. Para importar un producto al país hay que conocer la normativa, la clasificación arancelaria y todos los requisitos para su libre circulación.

La logística internacional planifica cómo llega la mercadería, pero comercio exterior la complementa con las regulaciones. Es un trabajo conjunto desde la planificación de un producto hasta su ingreso al mercado. Y es clave hacerlo de manera anticipada para que nada impacte en los tiempos de la cadena. Un punto fundamental es ser detallistas con la posición arancelaria: es el DNI de la mercadería. Si se interpreta mal, los costos pueden ser enormes y afectar la competitividad.

¿Esto aplica a todos los sectores por igual?

A lo largo de mi trayectoria lideré casi todas las áreas del supply chain: comercio exterior, logística, planificación de la demanda, desarrollo de producto, innovación. Esa visión amplia me permitió ver que, aunque las bases son las mismas, cada industria tiene sus propios ritmos y necesidades.

No es lo mismo un producto de consumo masivo que uno de e-commerce o de electrónica. Pero en todos los casos el desafío es llegar de manera competitiva al consumidor. Supply chain no es un área solo operativa, tiene un impacto estratégico. Tomamos decisiones que influyen en el largo plazo, especialmente cuando se trata de procesos de importación desde otros continentes.

Hoy vivimos una etapa de apertura y cambios normativos. Lo que decidís un mes puede variar al siguiente. Eso nos exige adaptarnos rápido para mantener la competitividad.

Trabajás con el sector industrial de Tierra del Fuego. ¿Qué particularidades tiene?

Tierra del Fuego tiene una de las logísticas más difíciles y complejas del mundo. Está geográficamente alejada, lo que implica mayores tiempos y costos. Además, cuando gestionás una operación de comercio exterior en esta provincia, el proceso aduanero no termina en Buenos Aires: existe un tramo adicional en la isla. La estacionalidad también pesa. En invierno las rutas no son tan transitables y los tiempos cambian.

Pero lo más interesante es su régimen industrial, que promueve la producción y ensamble de productos tecnológicos. La isla es un área aduanera especial, con beneficios aduaneros y fiscales, siempre que lo que se traslada atraviese un proceso productivo.

¿Cómo funciona ese doble proceso aduanero dentro del país?

Es como si fuera una exportación dentro del mismo territorio. El producto llega a Buenos Aires, se precinta y se traslada a la isla, donde otro despachante lo libera. Hay que cumplir tanto con la aduana de origen como con la de destino.

No creo que exista otra complejidad igual en el mundo. Estás prácticamente en el fin del mapa, y aun así la cadena de abastecimiento tiene que garantizar la competitividad de los productos fabricados en la isla.

Tierra del Fuego "es un
Tierra del Fuego "es un área aduanera especial, con beneficios aduaneros y fiscales, siempre que lo que se traslada atraviese un proceso productivo", comenta Geraldina (Foto: Shutterstock)

¿Y cómo se organiza el transporte hacia y desde la isla?

Es terrestre con cruce en barcaza, lo que genera limitaciones. Todas las plantas quieren sacar camiones al mismo tiempo, y en invierno los vientos y la nieve lo complican más. Eso requiere una coordinación fina.

Y a nivel estratégico se evita mantener la carga en contenedores hasta la isla porque es costoso y lento. Lo que se suele hacer es un trasvase: por cada tres contenedores que llegan al puerto, bajan dos furgones en camino a la isla. Así optimizamos la operación. Si hay urgencias o productos de corta vida útil, como celulares, puede usarse transporte aéreo. Todo depende del momento del año y de la necesidad comercial.

¿Qué estrategias aplicás para planificar la demanda y evitar desabastecimiento?

Lo resumo en cuatro puntos:

  • Planificación anticipada de la demanda: es la base, sobre todo en productos estacionales.
  • Política de stock de seguridad: permite responder en picos de consumo.
  • Calendario de abastecimiento: conocer los tiempos reales desde la producción de origen hasta la distribución local.
  • Relaciones estratégicas con proveedores: son clave en momentos de contingencia.

Todo esto se complementa. La anticipación y la relación de confianza con los proveedores son las que te salvan cuando surge un imprevisto y necesitás llegar al mercado más rápido de lo previsto.