La presión en el fútbol mexicano suele ser un tema constante de acuerdo con los propios equipos técnicos; sin embargo, para Efraín Juárez, entrenador de Pumas, es necesario minimizar la tensión que atraviesa su equipo tras un nuevo empate y una racha negativa que ya suma siete partidos sin victoria.
Luego de igualar 1-1 ante León en la Jornada 15, a dos de terminar la temporada regular y con muchas complicaciones para asegurar su pase a la reclasificación, Juárez optó por restar importancia a la crisis de resultados, enmarcando la situación deportiva en un contexto mucho más amplio y humano.
Durante su comparecencia ante los medios, el estratega auriazul abordó de manera directa la pregunta sobre la presión que enfrenta el club. “Presión es estar ahorita en Gaza y no saber si vas a vivir o morir, presión es llegar a tu casa y que no tengas con qué alimentar a tres niños y a tu mujer. Creo que somos muchos los que hemos sentido la verdadera presión de la vida; esto es un privilegio, soy un privilegiado de representar esta silla que adoro y que de verdad lo disfruto”, afirmó Juárez, dejando claro que, para él, el fútbol representa un privilegio más que una carga.
Pumas reduce sus posibilidades en la fiesta grande
El empate ante León se gestó en un partido de alta tensión, donde ambos equipos necesitaban la victoria para mantener vivas sus aspiraciones de avanzar al Play-In. León se adelantó en el marcador al minuto 56, cuando Moreno desbordó por la banda derecha y asistió a 'Plátano' Alvarado, quien venció al arquero universitario Keylor Navas. Pumas tuvo la oportunidad de igualar poco después, pero Nathan Silva falló un penalti que fue atajado por el portero local, lo que encendió los ánimos en las gradas del Bajío.
Cuando el encuentro parecía definido, una nueva pena máxima en los minutos finales permitió a José Juan Macías marcar el gol del empate, rescatando un punto para los universitarios. Este resultado, aunque insuficiente para romper la mala racha, mantiene a Pumas con posibilidades matemáticas de clasificación, mientras que León quedó en una situación comprometida.
La crisis de resultados de Pumas se remonta al 12 de septiembre, cuando el equipo consiguió su última victoria en la Jornada 8 ante Mazatlán. Desde entonces, los universitarios no han logrado sumar de a tres, lo que los ha relegado en la tabla y complica su acceso a la fase final del torneo. La presión por revertir esta tendencia se ha hecho sentir tanto en el entorno del club como entre la afición, aunque Juárez insiste en que la verdadera presión pertenece a otros ámbitos de la vida.

De cara al cierre del torneo, el panorama para Pumas exige perfección: el equipo debe ganar sus dos partidos restantes, primero como local ante Xolos de Tijuana en Ciudad Universitaria y luego como visitante frente a Cruz Azul, para mantener vivas sus esperanzas de clasificación. Por su parte, León también necesita triunfos en sus próximos compromisos ante América y Puebla, además de depender de los resultados de Atlético San Luis, para aspirar al Play-In.
Con el margen de error reducido al mínimo, Pumas encara la recta final del campeonato con la obligación de sumar victorias si quiere mantener la ilusión de avanzar en la competencia.


