Saúl “Canelo” Álvarez enfrentó una de las noches más complejas de su carrera al perder por decisión unánime ante Terence Crawford en el Allegiant Stadium de Las Vegas.
El resultado no solo significó la pérdida de sus cuatro títulos mundiales en peso supermediano (AMB, CMB, OMB y FIB), sino también un punto de inflexión en su trayectoria como figura dominante del boxeo internacional.
La derrota ante Crawford, quien ascendió dos divisiones para convertirse en campeón indiscutido en tres categorías distintas, dejó al mexicano sin cinturones y con múltiples interrogantes sobre su futuro inmediato.
Aunque Álvarez reconoció la superioridad de su rival y aceptó el resultado con serenidad, también dejó claro que su legado permanece intacto y que seguirá tomando riesgos en el deporte que ama.
Con 63 victorias, tres derrotas y dos empates, el tapatío se encuentra en una encrucijada. Su contrato con el ministro árabe Turki Al-Sheikh contempla cuatro peleas, de las cuales ya ha cumplido dos.
Por lo tanto, aún tiene compromisos pendientes que podrían definir el cierre de su carrera profesional. Sin embargo, el camino a seguir no está del todo claro.
Una revancha contra Terence Crawford aparece como la opción más directa para recuperar los títulos perdidos. El propio Álvarez no descartó esta posibilidad, señalando que volver a enfrentarse sería “algo grande”.
No obstante, también expresó su deseo de enfocarse en su familia y tomarse unas semanas antes de decidir su próximo paso.
Otra alternativa que ha cobrado fuerza es el esperado enfrentamiento contra David Benavidez, un duelo que la afición ha solicitado durante años y que podría ofrecerle al mexicano una nueva oportunidad de consolidar su legado.
Álvarez ha declarado en varias ocasiones que no le cierra la puerta a ningún rival, lo que mantiene abierta esta posibilidad.

También se menciona una eventual revancha contra Dmitry Bivol, quien lo venció en 2022 en peso semipesado. Aunque ese combate pertenece a otra categoría, representaría una oportunidad para saldar cuentas y demostrar su capacidad de adaptación.
Lo que sí está claro es que Álvarez no planea retirarse de inmediato. Su discurso tras la pelea fue el de un hombre que, pese a la derrota, se mantiene firme en su convicción de seguir compitiendo al más alto nivel.
“Me gusta tomar riesgos”, afirmó, reafirmando su perfil como peleador que no rehúye desafíos, incluso cuando implican salir de su zona de confort o poner en juego su legado.
El futuro de “Canelo” dependerá de decisiones estratégicas, negociaciones y del análisis profundo de su equipo. Ya sin cinturones, pero con una carrera consolidada, el mexicano enfrenta una etapa de redefinición que podría marcar el desenlace de su legado en el boxeo mundial.