
La alimentación cumple un papel central en la prevención y el cuidado de enfermedades hepáticas, como el hígado graso. Según especialistas en nutrición clínica, contar con un presupuesto reducido no es obstáculo para cuidar este órgano: varias verduras económicas pueden integrarse eficazmente en la dieta diaria para favorecer la salud hepática. El acceso a estos alimentos resulta viable en distintos mercados de Latinoamérica y España, lo que facilita la incorporación en los menús familiares.
El hígado graso, identificado como esteatosis hepática, puede tratarse y prevenirse mediante modificaciones sencillas en los hábitos alimenticios. Elegir productos frescos, ricos en fibra y antioxidantes, contribuye a proteger las funciones del hígado y a limitar la acumulación de lípidos. En este contexto, las siguientes cinco verduras económicas destacan como aliadas fundamentales.
Espinaca: acción antioxidante y alto contenido de fibra

Las hojas de espinaca contienen compuestos bioactivos y una cantidad elevada de fibra, lo que favorece el metabolismo de las grasas en el organismo. Este vegetal suele figurar entre las opciones más accesibles. Diversos nutriólogos citan su contenido de antioxidantes como la vitamina E y los carotenoides, capaces de neutralizar radicales libres. La Clínica Mayo sostiene que consumir espinaca regularmente puede apoyar la reducción de grasa hepática y potenciar la función detoxificante del hígado. Un dato adicional: aporta magnesio, esencial para mantener el equilibrio energético en las células.
Brócoli: ayuda en el metabolismo de lípidos

El brócoli es un vegetal crucífero cuyos compuestos sulfurosos ayudan a estimular procesos enzimáticos dentro del hígado vinculados a la depuración de toxinas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el brócoli en planes de alimentación dirigidos a personas con riesgo de daño hepático, debido a su bajo aporte calórico y su contenido abundante de vitaminas C y K. Varias investigaciones universitarias han relacionado el consumo regular de brócoli con parámetros hepáticos más estables y menores acumulaciones de grasa en esta glándula.
Zanahoria, repollo y acelga: accesibilidad y beneficios complementarios

En muchos mercados de Latinoamérica, la zanahoria, el repollo y la acelga se encuentran entre los productos más asequibles. Estos vegetales contienen fibra soluble, necesaria para limitar la absorción de grasas, y pigmentos naturales con función antioxidante. La zanahoria aporta betacaroteno y vitamina A, nutrientes que favorecen la reparación tisular. El repollo suma vitamina C y compuestos azufrados. Por su parte, la acelga se distingue por su capacidad para promover la digestión y mejorar la motilidad intestinal.
El consumo habitual de estas cinco verduras, en el contexto de una dieta equilibrada y baja en ultraprocesados, favorece parámetros hepáticos saludables y es una alternativa al alcance de diferentes bolsillos. Al combinar variedad vegetal, fibra y antioxidantes, se contribuye a preservar la salud hepática sin necesidad de incurrir en grandes gastos.

