
Miss Universo 2025 sigue sumando voces inconformes, y esta vez fue Camila Vitorino, Miss Portugal, quien este martes publicó un comunicado en el que denuncia que la organización habría descartado desde un principio la posibilidad de que candidatas casadas, con pareja o con hijos pudieran aspirar a la corona, priorizando el compromiso total y exclusivo con el certamen.
¿Qué reveló Miss Portugal?
En su comunicado compartido a través de su cuenta de Instagram, Camila Vitorino explicó que durante los días de concentración se transmitió un mensaje claro a las concursantes: la reina debía estar completamente dedicada al proyecto y a la fundación, sin espacio para relaciones sentimentales.
De acuerdo con la portuguesa, en una conversación con la organización y las participantes “se dijo que la reina reinante no tenía novio porque no había tiempo, que su compromiso era con la comunidad, y su ‘matrimonio’ era con el proyecto”. Vitorino describió cómo, al escuchar este argumento, comprendió que su sueño de competir por la corona había terminado.
“Mi corazón se aceleró. Me congelé. Miré a mi alrededor, esperando haber entendido mal. Varios concursantes, casados o en relaciones como yo, fueron visiblemente heridos”, relató.
Sin embargo, la modelo puntualizó que eligió la fe y decidió continuar en el certamen, convencida de que el matrimonio y la maternidad otorgan valores y compromiso igualmente valiosos.

Además, Vitorino abordó la percepción de que su entrevista no había sido suficientemente fuerte, atribuyéndolo a que el tema principal fue la maternidad, pero defendió que supo articular los valores y enseñanzas que tanto el matrimonio como la maternidad han aportado a su vida.
Felicita a detractoras de Miss Universo
En una historia adicional en sus redes sociales, Camila Vitorino visibilizó el sentimiento generalizado de frustración entre muchas participantes de Miss Universo 2025.
“Actualmente muchas candidatas sí son las que están sufriendo un momento de tristeza o frustración, debido a las semejantes injusticias ocurridas este año. Pero aún así, las mismas han alzado la voz sin lástima ni busca de compasión externa. Sino con el propósito de hacer valer su opinión y de mostrar el verdadero poder que tiene la mujer”.

Enfatizó que estas mujeres representan verdadero empoderamiento y son “un ejemplo a seguir”. Vitorino mencionó específicamente a Olivia Yacé (Miss Costa de Marfil), Ophély Mézino (Miss Guadalupe), Bereniece Dickenson (Miss Turcas y Caicos), Brigitta Schaback (Miss Estonia) y Leonora Lysglimt (Miss Noruega) como parte de esa red de solidaridad y coraje femenino que desafió la injusticia del año.
Vitorino lamentó que su vivencia en Miss Universo y la de otras candidatas en situación semejante quedara marcada por la impresión de estar automáticamente en desventaja, independientemente de su desempeño o cualidades, a causa de criterios personales, sociales o logísticos ajenos al mérito.
Vitorino destacó que su participación nunca estuvo centrada solo en un sueño personal, sino en representar a todas las chicas jóvenes que aspiran a formar una familia y también quieren destacar en escenarios internacionales. “El matrimonio me enseñó el verdadero compromiso: con otra persona, con un propósito, con una organización. La maternidad me enseñó resistencia y le dio un significado real a mis objetivos”, escribió, defendiendo que una mujer puede ser reina, madre y esposa a la vez.
La falsa inclusión

La denuncia de la portuguesa se suma al creciente debate sobre la exclusión de delegadas por criterios ajenos al mérito, un tema que ha quedado especialmente patente este año por el trato dado a Olivia Yacé, de Costa de Marfil, y el argumento institucional de tener visados “débiles” para ejercer el título.
Y es que en la víspera, Raúl Rocha, director de Miss Universo, dijo en entrevista con Adela Micha que se requieren visas para 175 países, situación que automáticamente complica la agenda internacional de la ganadora.
“Costa de Marfil necesita visa para entrar a 175 países [...] Queremos que sea Universo, la que más viaje y más contacto tenga con gente en el mundo. Pues si le piden visa en 175 países está medio difícil, ¿no?”, dijo.
Rocha también resaltó el impacto mediático de la concursante ganadora, Fátima Bosch, al señalar que sumó tres millones de seguidores en una semana, récord inédito tanto a nivel nacional como internacional en el certamen, e insistió en que ni la belleza ni la simpatía bastan para definir a la ganadora.
En cuanto a los criterios de evaluación, Rocha reiteró que el trabajo del jurado va mucho más allá de la pasarela y lo visual, pues hoy lo determinante es la disciplina, capacidad organizacional, adaptabilidad, y poder cumplir una agenda global.
En ese contexto, Ophély Mézino, Miss Guadalupe, señaló que la organización solo utiliza a candidatas afrodescendientes como parte de un discurso de diversidad e inclusión, sin voluntad real de abrirles la posibilidad de triunfar.


