¿Cómo es que la vitamina D podría prevenir el cáncer colorrectal?

Diversos estudios señalan que mantener niveles adecuados de vitamina D contribuye a reducir el riesgo de desarrollar una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial

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El cáncer colorrectal es una
El cáncer colorrectal es una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial. Se plantea como una representación detallada del intestino grueso y delgado humano, destacando la presencia de múltiples tumores cancerígenos en el colon. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El cáncer colorrectal, que incluye tanto el cáncer de colon como el de recto, se ha convertido en una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Su impacto no sólo se mide en cifras de incidencia, sino también en el costo emocional que representa para quienes lo padecen.

Lo preocupante es que, en muchos casos, esta enfermedad se desarrolla de manera silenciosa, sin síntomas evidentes en sus etapas iniciales, lo que retrasa el diagnóstico y complica el tratamiento.

Sin embargo, la buena noticia es que gran parte de los factores que lo originan están relacionados con el estilo de vida, lo que significa que es posible reducir el riesgo adoptando hábitos saludables que involucran, por ejemplo, el consumo de alimentos ricos en vitamina D.

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Las áreas y efectos del cáncer colorrectal pueden ser detectados a tiempo, acudiendo a revisiones médicas periódicas y manteniendo una alimentación basada en la vitamina D.(Wikimedia)

Cómo prevenir el cáncer colorrectal

La prevención del cáncer colorrectal no depende de una sola acción, sino de un conjunto de prácticas que fortalecen el organismo y disminuyen las probabilidades de que se formen pólipos o tumores en el intestino.

La alimentación, la actividad física, el consumo de sustancias saludables y la vigilancia médica son pilares fundamentales en esta estrategia.

La importancia de la vitamina D en el proceso de prevención

La evidencia científica ha demostrado que la vitamina D juega un papel protector en la salud intestinal y puede contribuir a reducir el riesgo de cáncer colorrectal. Aunque la principal fuente es la exposición moderada al sol, existen alimentos que aportan cantidades significativas de esta vitamina:

  • Pescados grasos como el salmón, la sardina, el atún y la caballa, así como el aceite de hígado de bacalao.
  • También aportan vitamina D la yema de huevo, el hígado de res y los lácteos fortificados como leche, yogur y queso.
  • En el ámbito vegetal, los hongos expuestos al sol y algunos productos enriquecidos como cereales, bebidas vegetales y jugos fortificados son opciones prácticas para mantener niveles adecuados.
Alimentos como el pescado, las
Alimentos como el pescado, las yemas de huevo y los lácteos fortificados son ricos en vitamina D. (Canva)

Prácticas saludables para evitar el cáncer colorrectal

  • Una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales aporta fibra, la cual favorece el tránsito intestinal y ayuda a eliminar sustancias potencialmente cancerígenas.
  • Reducir el consumo de carnes rojas y procesadas es fundamental, ya que se ha demostrado su relación con un mayor riesgo de tumores digestivos. En su lugar, se recomienda optar por proteínas saludables como pescado, legumbres y frutos secos.
  • Mantener un peso adecuado también es clave, pues la obesidad, especialmente abdominal, se asocia directamente con el desarrollo de cáncer colorrectal.
  • Evitar sustancias nocivas: el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol son dos de los principales enemigos de la salud intestinal. El tabaco contiene sustancias cancerígenas que afectan al tracto digestivo, mientras que el alcohol incrementa la probabilidad de mutaciones celulares y tumores.
Dentro de los efectos visibles
Dentro de los efectos visibles del consumo de tabaco, desatacan la coloración amarillenta en los dedos y dientes, así como las dificultades para respirar. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Hábitos físicos que contribuyen a la detección del cáncer colorrectal

  • La actividad física fortalece el cuerpo y protege al intestino, al mismo tiempo que ayuda a regular el metabolismo y disminuir la inflamación intestinal, factores que reducen el riesgo de cáncer.
  • Se aconseja realizar al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, como caminar, correr, nadar o practicar algún deporte.
  • Evitar el sedentarismo es esencial: pequeños cambios como subir escaleras o caminar distancias cortas pueden marcar la diferencia.
La actividad física es vital
La actividad física es vital dentro de cualquier proceso que pretenda una mejora en la salud (Foto: Shutterstock)

Finalmente, hablar de prevención es hablar de responsabilidad personal: de cómo cuidamos nuestro cuerpo día a día y de la importancia de acudir a revisiones médicas periódicas para detectar cualquier anomalía a tiempo.