El Sismológico Nacional registró durante la madrugada del 18 de noviembre de 2025 una serie de pequeños a moderados sismos localizados principalmente en la región del Pacífico mexicano.
Los epicentros se dispersaron en estados como Chiapas, Baja California Sur, Colima, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Veracruz y Baja California. Muchas de las actividades se concentraron en las costas, siendo algunos de los sitios recurrentes San José del Cabo (Baja California Sur), Ciudad de Armería (Colima) y las inmediaciones de Ometepec y Zihuatanejo (Guerrero).
La mayoría de los temblores registrados tuvieron magnitudes de entre 1.4 y 4.0. El evento de mayor intensidad alcanzó una magnitud de 4.0 grados, y se localizó a 79 km al sur de Ciudad Hidalgo, Chiapas, sin reportes de daños. Otros movimientos con magnitudes superiores a 3.0 se localizaron en las costas de Colima, Michoacán, Oaxaca y Guerrero.

Las profundidades de estos sismos variaron. La mayoría se ubicó a profundidades de entre 2 y 66 km. Esto significa que fueron temblores relativamente poco profundos, característica frecuente de movimientos en la región costera del Pacífico.
Los sismos reportados fueron en su mayoría de baja a mediana intensidad. Es común la ocurrencia de temblores pequeños como estos en la región, ya que forma parte de la actividad sísmica natural de México. No se reportaron daños ni víctimas como consecuencia de estos eventos. Estos datos ayudan a monitorear y entender la actividad sísmica del país y permiten a las autoridades estar alertas frente a movimientos de mayor magnitud.
La vigilancia y análisis continuo de estos pequeños movimientos forman parte de los esfuerzos para la prevención y la seguridad de la población ante el riesgo sísmico.
Al momento no se han registrado sismos considerables.
México es uno de los países con mayor actividad sísmica en el mundo debido a su ubicación geográfica. El territorio se encuentra sobre la zona de contacto de varias placas tectónicas, entre ellas la de Cocos, la del Pacífico y la de Rivera, que chocan y se deslizan bajo la placa Norteamericana. Cuando estas placas acumulan tensión y finalmente la liberan, se producen los sismos que con frecuencia se sienten en distintas regiones del país.
La mayoría de los temblores intensos se originan en la costa del Pacífico, especialmente en estados como Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Michoacán y Colima. En estas zonas ocurre un proceso llamado subducción, donde la placa de Cocos se hunde debajo de la Norteamericana. Sin embargo, también existen sismos dentro de la propia placa, llamados intraplaca, que demuestran que la actividad sísmica no se limita únicamente a las costas.
Además, algunas regiones, como el Valle de México, tienen suelos lacustres que amplifican las ondas sísmicas, haciendo que los temblores se perciban más fuertes y prolongados.




