
La tarde de este 13 de noviembre se dio un encuentro entre Juan Ramón de la Fuente, canciller de México, y Marco Rubio, secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, en los márgenes de la Reunión Ministerial de Relaciones Exteriores del G7 en Ontario, Canadá.
Según la cuenta de X Secretaría de Relaciones Exteriores, De la Fuente y Rubio revisaron los avances del esquema de colaboración bilateral acordado durante la visita previa del secretario estadounidense a México a inicios del mes de septiembre, y se anunció que el grupo de seguimiento de alto nivel celebrará próximamente una reunión en la Ciudad de México.
Durante su intervención en la reunión ministerial del G7 el 12 de noviembre en Niágara, Canadá, De la Fuente subrayó la necesidad de fortalecer la conectividad marítima mediante el desarrollo de capacidades y marcos legales sustentados en el derecho internacional. El canciller sostuvo que estos instrumentos son esenciales para garantizar la soberanía de los Estados y fomentar la cooperación internacional.
Además, De la Fuente enfatizó que los esfuerzos colectivos para combatir actividades ilícitas en el mar deben regirse por el derecho del mar, y recordó que la postura mexicana se apoya en principios constitucionales que privilegian el diálogo y la solución pacífica de disputas. En la reunión, De la Fuente estuvo acompañado por Roberto Velasco, subsecretario para América del Norte.
Mientras México reafirmaba su compromiso con la cooperación regional y el respeto al derecho internacional en el foro del G7, Estados Unidos intensificaba sus operaciones militares contra el narcotráfico en el Pacífico oriental. En este contexto, seis presuntos narco-terroristas murieron en dos ataques recientes, según informó Pete Hegseth, secretario de Defensa de la Casa Blanca, a través de la red social X el 10 de noviembre.
Hegseth detalló que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo dos ataques letales contra embarcaciones asociadas a organizaciones designadas como terroristas, en aguas internacionales del Pacífico oriental, como parte de la campaña militar ordenada por el presidente Donald Trump contra los cárteles de la droga.

La ofensiva militar estadounidense ha tenido un alcance considerable desde septiembre. Las fuerzas de Estados Unidos han destruido al menos 18 embarcaciones —diecisiete lanchas rápidas y un semisumergible— en operaciones similares.
Inicialmente, estas acciones se concentraron en el mar Caribe, pero posteriormente se extendieron al Pacífico oriental, una de las principales rutas del tráfico de drogas procedente de Sudamérica, que abarca desde las costas de México hasta las de Perú.
Según Hegseth, los barcos atacados estaban vinculados a redes de narcotráfico, transportaban cargamentos de drogas y navegaban rutas empleadas para el contrabando de cocaína. En cada embarcación viajaban tres hombres identificados como “narco-terroristas”; los seis murieron en los ataques.


