
La periodista y conductora de televisión Azucena Uresti denunció al senador morenista Gerardo Fernández Noroña por acoso y espionaje, después de que el legislador publicara en redes sociales que la comunicadora presuntamente había adquirido un automóvil de lujo nuevo.
“Me comentan que Azucena Uresti fue hoy por la mañana a comprar un nuevo BMW”, escribió el político el martes 12 de noviembre, provocando una inmediata respuesta de la periodista.

Uresti calificó al exdiputado y expresidente del Senado como “un acumulador de mentiras”, y lo retó públicamente a mostrar pruebas de sus afirmaciones, incluida la factura del vehículo mencionado.
Además, lo exhortó a transparentar sus propios bienes: “De pasadita, muestre las escrituras de su casa en Tepoztlán, diga quién le pagó el vuelo privado y el viaje a Palestina”, escribió la comunicadora en alusión a señalamientos recientes sobre los lujos del senador.
La periodista advirtió que responsabiliza directamente a Fernández Noroña de cualquier situación que atente contra su integridad, luego de que el legislador “ventilara” aspectos de su vida personal sin sustento.

“A diferencia de él, yo no soy servidora pública; él vive de lo que nosotros, los ciudadanos, le pagamos”, expresó durante su espacio informativo.
Una relación marcada por los desencuentros
El enfrentamiento entre Azucena Uresti y Gerardo Fernández Noroña no es nuevo.
En agosto pasado, la conductora anunció que no volvería a invitar al senador a su noticiero, luego de acusarlo de tener una actitud provocadora y violenta durante sus participaciones.
“Aquí ya no voy a insistir en que Gerardo Fernández Noroña nos responda”, dijo Uresti al aire, tras asegurar que el legislador había traspasado los límites del respeto.
“Es una persona grosera, violenta; yo me quedé congelada cuando lo escuché en entrevistas. Noroña es un provocador que luego se hace la víctima”, señaló entonces.

La tensión entre ambos surgió tras un reportaje en el que Uresti cuestionó la congruencia del discurso de austeridad del morenista, luego de que se revelara que había adquirido una casa en Tepoztlán, Morelos, valuada en 12 millones de pesos.
Fernández Noroña respondió acusando a la periodista de “doble moral” y asegurando que ella poseía un departamento en Paseo de la Reforma, lo cual Uresti negó rotundamente.
El conflicto escaló cuando el senador compartió en redes una fotografía de la periodista en un gimnasio, afirmando que formaba parte de las amenidades de su supuesto departamento.
Uresti denunció entonces que estaba siendo vigilada: “¿Me espía, senador? ¿Ha mandado a alguien a revisar dónde vivo o cuánto gano?”, cuestionó públicamente.
Mientras Noroña insiste en exhibir supuestos lujos de la periodista, Uresti advierte que sus acciones cruzan la línea del hostigamiento.
“Le responsabilizo de cualquier cosa que me suceda”, reiteró la comunicadora, marcando un conflicto de política, medios y privacidad.


