
Un problema grave con el padre de Guillermo del Toro en 1997 representó un punto de inflexión en la vida del reconocido cineasta mexicano. Más allá del impacto personal y familiar, este episodio reveló la profunda amistad entre Guillermo del Toro y James Cameron, así como los desafíos que enfrentan las figuras públicas ante la inseguridad en México.
La relación entre ambos cineastas se remonta a 1992, cuando se conocieron en una parrillada organizada por un amigo en común. En ese entonces, Del Toro acababa de apostar todo por su película ‘Cronos’, incluso endeudándose hipotecando su casa para financiarla.
Cameron, lejos de mostrarse escéptico, se interesó por el proyecto y, tras verlo, quedó fascinado. Esta afinidad inicial se transformó en una relación cercana, al punto de que Del Toro vivió durante varios meses en la casa de Cameron en los primeros años de su carrera. La convivencia y el apoyo mutuo cimentaron una amistad que, años más tarde, se pondría a prueba en circunstancias extremas.

Un amigo en las buenas y en las malas
Fue en se mismo 1997, poco después de concluir la filmación de ‘Mimic’, que Guillermo del Toro atravesó una crisis cuando su padre, Federico del Toro, fue secuestrado. El director describió la experiencia como “horrorosa”, una palabra que apenas alcanza a expresar la angustia vivida por su familia. Este hecho puso a prueba la fortaleza emocional de Del Toro y evidenció la vulnerabilidad de muchas familias mexicanas frente a la violencia.
Durante esta situación extrema, James Cameron, conocido por películas como ‘Titanic’ y ‘Terminator’, se convirtió en un apoyo clave para Del Toro. Cameron no solo acompañó a su amigo, sino que incluso se ofreció a cubrir la totalidad del rescate exigido por los secuestradores (un millón de dólares aproximadamente) sin cobrarle por ello.

Del Toro, al recordar ese gesto, lo calificó como “increíblemente leal, increíblemente fuerte”, resaltando la magnitud del apoyo recibido en uno de los momentos más difíciles de su vida. Finalmente, la familia de Del Toro reunió el dinero necesario para liberar a Federico y, poco tiempo después, devolvió a Cameron la suma que este había adelantado.
El secuestro de su padre no solo afectó a Del Toro en el plano personal, sino que también influyó en su trayectoria profesional y en la decisión de dejar México. La inseguridad y el temor por la integridad de su familia lo llevaron a buscar un entorno más seguro, lo que terminó por consolidar su carrera internacional. Este episodio, aunque doloroso, reforzó los lazos con Cameron y dejó una huella indeleble en la vida y obra del cineasta mexicano.
A lo largo de su filmografía, Del Toro ha explorado los límites del terror a través de criaturas fantásticas, pero su experiencia personal demuestra que, en ocasiones, la realidad puede superar a la ficción en cuanto a la capacidad humana para el horror.


