
El momento en que se realiza el desayuno podría tener un impacto significativo en la salud y la longevidad, según señala un reciente estudio del Massachusetts General Brigham.
La investigación, publicada en la revista Communications Medicine, analizó a más de 2 mil 900 adultos durante un periodo de veinte años y concluyó que quienes retrasan la primera comida del día presentan un mayor riesgo de depresión, fatiga y muerte prematura.
A lo largo del seguimiento, los investigadores observaron que, con el paso de los años, las personas tienden a posponer tanto el desayuno como la cena, lo que acorta el intervalo entre la primera y la última comida diaria.
Este cambio en los horarios alimenticios se asoció con una serie de consecuencias negativas para la salud física y mental, entre ellas trastornos del sueño y un incremento en la probabilidad de fallecimiento antes de lo esperado.

Hassan Dashti, nutricionista y biólogo circadiano, quien lideró el estudio, explicó que estos cambios en la rutina alimentaria podrían servir como una señal de advertencia temprana para detectar problemas de salud en adultos mayores.
Dashti afirmó: “Animar a los adultos mayores a mantener horarios de comida consistentes podría formar parte de estrategias más amplias para promover el envejecimiento saludable y la longevidad”.
El análisis también identificó que las personas con una predisposición genética a ser noctámbulas tienden a retrasar sus comidas, lo que incrementa aún más los riesgos asociados.
Este hallazgo refuerza la idea tradicional de que el desayuno es fundamental, especialmente en la edad adulta, y sugiere que la regularidad en los horarios de alimentación puede ser tan relevante como la calidad de la dieta o la práctica de ejercicio físico regular.
Los autores del estudio advirtieron, además, que la creciente popularidad de prácticas como el ayuno intermitente o la alimentación restringida en el tiempo podría tener efectos diferentes según la edad.
Mientras que en adultos jóvenes estas estrategias pueden ser seguras, en personas mayores el retraso de las comidas podría resultar más peligroso.

Cuál es la mejor hora para desayunar, segun la ciencia
De acuerdo con diversos estudios sobre el sueño y la alimentación, realizados por instituciones reconcidas como Harvard, la ciencia ha encontrado que se recomienda desayunar entre las 6:00 y las 10:00 de la mañana.
En este sentido, idealmente se recomienda romper el ayuno durante la primera hora después de despertar.
Esto favorece el metabolismo, mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a regular el apetito durante el día.
Diversos estudios asocian el desayuno temprano con beneficios en el control del peso y la salud cardiovascular. Los especialistas destacan que el horario puede ajustarse a la rutina individual, pero recomiendan evitar posponer el desayuno hasta pasado el mediodía.


