
La reciente detección de gusano barrenador en un bovino procedente del sureste mexicano ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias y agropecuarias de Jalisco. El hallazgo, realizado gracias a la intervención de Hummer, un perro entrenado especialmente para identificar este tipo de infestaciones, permitió aislar de inmediato al animal afectado y activar los protocolos de contención.
El caso se presentó cuando un cargamento de ochenta bovinos, originario de Campeche, llegó a un corral de engorda en Encarnación de Díaz, municipio jalisciense. Durante la inspección, la unidad de binomio canino, ubicada en el corral autorizado “Tres Generaciones”, realizó una marcación positiva al gusano barrenador en uno de los animales.
Hummer, un perro macho de raza criolla de color negro donado por un albergue, confirmó la presencia de veinte larvas del gusano barrenador en la oreja de un bovino, según informó El Occidental. Este hallazgo permitió aislar al ejemplar afectado del resto de las setenta y nueve cabezas de ganado que integraban el embarque.

El entrenamiento de Hummer fue resultado de un curso de doscientas cuarenta horas impartido en el Estado de México, en el que participaron técnicos de República Dominicana, El Salvador, Guatemala y México. Junto a Hummer, la perra Havana, de raza pastor alemán, también fue adiestrada en el Centro de Adiestramiento Canino (CEACAN).
Tras la detección, personal de la Agencia de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Estado de Jalisco (ASICA) activó el protocolo de atención, recolectando muestras para diagnóstico y aplicando tratamiento preventivo al resto de los animales. Además, se delimitó un área focal y perifocal con radios de veinte y cuarenta kilómetros, respectivamente, donde se implementaron medidas de vigilancia epidemiológica, inspección de animales y curación de heridas.
La presencia del gusano barrenador del ganado ha generado preocupación tanto en el sector agropecuario como en el de salud pública en México, debido a su impacto en los rebaños y al riesgo que representa para seres humanos y otros animales.

De acuerdo con recientes comunicados del Centro Nacional de Prevención y Control de Enfermedades (CENAPRECE), órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, el gusano barrenador es la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, reconocible por su color metálico verdoso-azulado y rayas negras en el dorso.
Esta mosca tiene la capacidad de detectar heridas abiertas, mucosas o cavidades naturales en animales a distancia. Cuando la hembra localiza una lesión fresca, deposita sus huevos, de los cuales nacen las larvas en un lapso de doce a veinticuatro horas. El ciclo de vida del parásito es rápido: la larva permanece en la herida entre cinco y ocho días, alimentándose de tejido vivo, y luego cae al suelo para transformarse en una nueva mosca adulta. Todo el proceso puede completarse en aproximadamente veintiún días.
El gusano barrenador no distingue entre especies: puede afectar tanto a ganado bovino como a mascotas y seres humanos. Una señal característica es la presencia visible de larvas en las lesiones, la sensación de movimiento dentro de la herida y la persistencia o agravamiento de las llagas.
Según datos de CENAPRECE hasta el pasado 15 de julio, la presencia del gusano barrenador se ha confirmado en Campeche, Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán.


