
El uso de productos naturales para el cuidado de pestañas y cejas se ha convertido en una alternativa recurrente frente a la caída o debilitamiento causados por el maquillaje diario.
Tres aceites han demostrado ofrecer beneficios para fortalecer, dar volumen y estimular el crecimiento de estos vellos: el de ricino, el de oliva y el de almendras. Diversos especialistas sugieren su aplicación regular bajo ciertas recomendaciones para evitar riesgos y maximizar su efectividad.
Aceite de ricino: fortalecimiento y crecimiento de pestañas y cejas
El aceite de ricino encabeza la lista por su reconocida función para estimular el crecimiento y fortalecer el folículo capilar.
Este compuesto vegetal contiene ácido ricinoleico, un activo que contribuye a evitar la caída de las pestañas y cejas sometidas al uso frecuente de maquillaje y desmaquillantes.

Su aplicación, de acuerdo con expertos en cosmetología, debe realizarse con precaución para evitar contacto directo con los ojos.
Para incorporar el aceite de ricino a la rutina nocturna, se aconseja utilizar un aplicador limpio—como un cepillo desinfectado de máscara para pestañas o un cotonete. Se debe aplicar una mínima cantidad en la raíz de las pestañas y en la zona de las cejas antes de dormir.
“El exceso de producto puede aumentar el riesgo de irritación ocular, por lo que la cantidad debe ser controlada,” coinciden fuentes especializadas en salud dermatológica.
Aceite de oliva: hidratación y prevención de quiebre de tus pestañas
Otro aliado relevante para el cuidado de pestañas y cejas es el aceite de oliva, cuya principal función radica en hidratar y acondicionar cada vello, ayudando a conservar su flexibilidad y evitando rupturas relacionadas con la resequedad o el maltrato mecánico.
El aceite de oliva, conocido por su historial en el cuidado cutáneo y capilar, puede utilizarse mediante un hisopo o la yema de los dedos.
La aplicación recomendada consiste en deslizar el cotonete húmedo en aceite de oliva sobre las pestañas y cejas limpias tras la rutina nocturna de higiene facial. Su uso continuado favorece la protección ante la fricción causada por la retirada del maquillaje o el roce con la almohada durante el descanso.
Otra ventaja es su rápida absorción y nulo aporte de químicos añadidos, lo cual reduce la posibilidad de alergias.

Aceite de almendras: nutrición y volumen para cejas y pestañas
Con un alto contenido de vitaminas A, B y E, el aceite de almendras se destaca por su acción nutritiva y su capacidad de proteger el vello contra los factores ambientales y cosméticos que generan daño.
Los antioxidantes presentes en el aceite ayudan a aportar brillo y volumen, condiciones básicas para unas pestañas y cejas de apariencia saludable.
Se recomienda el uso del aceite de almendras durante la noche. La aplicación puede realizarse alternando su uso con el de ricino u oliva, o bien, mezclando pequeñas cantidades de los tres aceites, siempre bajo la precaución de mantener la higiene del aplicador y evitar que cualquier sustancia entre en contacto con el ojo.
La mezcla debe prepararse en un recipiente limpio y aplicarse una vez a la semana, mientras que la alternancia por días puede programarse según la respuesta de la piel y el vello.
Para maximizar los beneficios y prevenir molestias, los dermatólogos recomiendan limpiar cuidadosamente el área de aplicación antes de emplear cualquier aceite.

El producto debe distribuirse con movimientos suaves, asegurando que no gotee hacia el interior del ojo. En caso de irritación, enrojecimiento o cualquier reacción adversa, se sugiere suspender el uso de inmediato y consultar con un médico.
El empleo regular de estos tres aceites, ya sea de forma alternada o combinada, puede representar un refuerzo adecuado contra el quiebre y la caída de las pestañas y cejas asociadas al maquillaje cotidiano.
No obstante, cada piel y organismo reacciona de manera distinta, por lo que la supervisión dermatológica y la moderación resultan imprescindibles para evitar complicaciones y obtener resultados óptimos.


