
Cocinar frituras en casa puede ser un placer culinario, pero también deja un rastro persistente: el olor a aceite impregnado en cortinas, ropa, muebles y paredes.
Aunque abrir ventanas o encender el extractor ayuda, muchas veces no es suficiente. Por eso, cada vez más personas buscan soluciones caseras y efectivas para eliminar el olor a fritura sin recurrir a productos químicos costosos o ambientadores artificiales.
A continuación, te compartimos una serie de trucos comprobados que te permitirán disfrutar de tus comidas sin preocuparte por los aromas que quedan después.
Uno de los métodos más eficaces para neutralizar olores fuertes en la cocina es hervir vinagre blanco en una olla mientras se cocina. El vapor que emite ayuda a absorber los compuestos volátiles responsables del mal olor.
Para potenciar su efecto, se puede añadir una cucharada de bicarbonato de sodio o algunas cáscaras de limón o naranja, que además aportan una fragancia fresca y natural. Esta técnica es especialmente útil en espacios cerrados o sin buena ventilación.

Otro truco popular consiste en colocar pan duro dentro del aceite caliente mientras se fríe. Este método, difundido en redes sociales, ayuda a absorber parte del olor desde la fuente.
También se recomienda espolvorear bicarbonato de sodio sobre superficies como la encimera o el piso, dejarlo actuar unos minutos y luego aspirarlo. El bicarbonato es un neutralizador natural de olores y puede aplicarse incluso dentro de la basura o en los desagües.
La ventilación cruzada es clave. Abrir ventanas en extremos opuestos de la casa antes de comenzar a cocinar permite que el aire circule y arrastre los olores hacia el exterior.
Si se cuenta con campana extractora, es fundamental encenderla desde el inicio de la cocción y mantenerla funcionando unos minutos después de terminar. En ausencia de extractor, un ventilador orientado hacia la ventana puede cumplir una función similar.

Para quienes prefieren soluciones aromáticas, hervir agua con ramas de canela, clavos de olor o rodajas de cítricos después de cocinar ayuda a reemplazar el olor a grasa por notas más agradables.
También se pueden usar difusores con aceites esenciales como lavanda, menta o eucalipto, que además de perfumar el ambiente, tienen propiedades purificadoras.
Estos trucos caseros no solo son accesibles y económicos, sino que también permiten mantener un ambiente limpio y agradable sin recurrir a productos industriales.
Incorporarlos a tu rutina de cocina puede marcar la diferencia entre una experiencia culinaria placentera y una casa impregnada de olores difíciles de eliminar.


