
El excandidato presidencial Ricardo Anaya denunció desde tribuna que el Gobierno federal está manipulando las estadísticas de violencia para sostener la versión de que los homicidios han disminuido en el país.
Su intervención tuvo como punto de partida el reciente asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, crimen que —afirmó— evidencia que los niveles de violencia no solo no han bajado, sino que continúan en aumento.
“El caso de Carlos Manzo no es aislado”, advirtió, al recordar que ya suman diez presidentes municipales asesinados en lo que va de este sexenio.
Anaya cuestionó que se aplauda sin análisis la afirmación oficial de que actualmente hay menos asesinatos que en el sexenio anterior.
De acuerdo con la narrativa gubernamental, durante la administración de Andrés Manuel López Obrador se cometían en promedio 89 homicidios diarios, mientras que con Claudia Sheinbaum la cifra habría bajado a 70.
Para el exabanderado panista, esa supuesta reducción es “la gran mentira del sexenio”, argumentando que se construye omitiendo otras categorías que también implican pérdida de vidas.
Según Anaya, los informes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública muestran que mientras los homicidios dolosos registran una aparente baja, los delitos clasificados como “otros que atentan contra la vida y la integridad corporal” pasaron de 39 a 46 casos al día.
A ello sumó el crecimiento de personas desaparecidas, que aumentaron de 26 a 41 reportes diarios. Al integrar estas tres variables —homicidios, delitos contra la vida y desapariciones— sostuvo que la cifra total de hechos violentos pasó de 154 a 157 por día entre un sexenio y otro, lo que descartaría cualquier avance real.

El panista subrayó que la comparación es engañosa porque se mide el actual sexenio contra el más violento del que se tenga registro, el primero en superar los 200 mil homicidios.
Pese a ello, dijo, el Gobierno pretende instalar la idea de que la violencia va a la baja. También acusó a gobiernos estatales de replicar el mismo patrón.
Inseguridad en toda la República
Mencionó que en Morelos se presume una reducción de 29% en homicidios dolosos, pero se oculta que los homicidios culposos crecieron en la misma proporción.
En Tabasco, añadió, los asesinatos bajaron 12%, pero los delitos contra la vida aumentaron 90%. Señaló incluso que en estados como Zacatecas y Baja California ya se registran más delitos “contra la vida” que homicidios dolosos, lo que —dijo— evidencia un cambio deliberado de clasificación para maquillar cifras.
Anaya insistió en que la consecuencia más grave de este manejo de datos es que impide enfrentar el problema de fondo, pues “el primer paso para resolver la violencia es reconocerla”.

Señaló que, mientras las autoridades insistan en sostener un discurso triunfalista, la situación solo empeorará. “El asesinato de Carlos Manzo no es un hecho aislado, es el reflejo de un país que sigue desbordado por la violencia”, recalcó.
Finalmente, llamó a los medios, analistas y ciudadanía a no reproducir sin cuestionar los datos oficiales: “Mientras sigan mintiendo, no habrá solución. Están repitiendo la mentira del sexenio y aplaudiéndola como focas”.


