
En el contexto de la insurgencia por la Independencia, la promulgación de la Constitución de Apatzingán fue resultado del movimiento liberal encabezado por los caudillos del movimiento. Este documento no solo representó una avanzada política durante la guerra, sino que fue reflejo del proyecto de nación por el que combatía José María Morelos y otros líderes insurgentes. Su redacción y promulgación marcaron un hito al plasmar valores y principios progresistas, pese a los desafíos militares y políticos que enfrentaba el movimiento independentista.
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), tras la declaración de independencia del Congreso de Chilpancingo en 1813, se hizo evidente la necesidad de dotar a la insurgencia de una estructura constitucional formal. Morelos tomó la iniciativa y organizó su campaña militar para lograr una sede estable para el Congreso. Si bien las derrotas militares empujaron al Congreso a trasladarse a Apatzingán, esto permitió que se concluyera la constitución.
El Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado el 22 de octubre de 1814, incorporó principios de igualdad y separación de poderes, estableciendo que los ámbitos legislativo, ejecutivo y judicial debían funcionar de manera independiente. Por primera vez se reconoció la ciudadanía para quienes nacieran en la nueva nación, asegurando igualdad ante la ley.

En cuanto el diseño gubernamental, se propuso un ejecutivo supremo tripartito, garantizando la alternancia y la protección de derechos fundamentales como la libertad y la propiedad. El propio Morelos figuró como uno de los integrantes del gobierno supremo propuesto, acompañado por José María Cos y José María Liceaga, con atribuciones igualitarias y alternancia periódica. El decreto también formalizó la ruptura total con la monarquía española, rechazando expresamente la autoridad de Fernando VII.
A pesar de su trascendencia, el documento nunca logró aplicarse debido a la presión militar realista. Posteriormente, la derrota insurgente llevó a la captura y fusilamiento de Morelos en 1815, pero el decreto quedó como inspiración para constituciones posteriores, mostrando el compromiso de los insurgentes con la instauración de un Estado independiente.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), José María Morelos nació en Valladolid, hoy Morelia, en 1765. Su formación pasó por el Colegio de San Nicolás, donde tuvo como rector a Miguel Hidalgo. Ordenado sacerdote en 1797, ejerció su ministerio en diversos pueblos michoacanos hasta que en 1810 se unió a la insurgencia.

Designado por Hidalgo para extender la rebelión en el sur, Morelos supo encabezar exitosas campañas en el sur y occidente de la Nueva España. Como líder militar y político, fue pieza clave en la instalación del Congreso insurgente y defensor de principios que abolieron las castas y tributos.
Su vida terminó en Ecatepec el 22 de diciembre de 1815, tras ser capturado, dejado fuera del estado clerical y fusilado por las autoridades virreinales.


