
La canela, conocida por su aroma característico y su uso en repostería y platos tradicionales, no solo aporta sabor, sino que también podría ofrecer beneficios para la salud metabólica, especialmente en personas con diabetes.
Diversos estudios han identificado compuestos en la canela capaces de mejorar la sensibilidad a la insulina y contribuir a la reducción de los niveles de glucosa en sangre.
El interés científico por esta especia comenzó a consolidarse cuando investigadores analizaron alimentos comunes que afectan la glucemia. Por ejemplo, al estudiar pasteles de manzana especiados con canela, se observó que la especia podría tener un impacto positivo en el control del azúcar y en la reducción de colesterol y triglicéridos.
Estudios sobre la canela y la diabetes tipo 2
Según un estudio publicado en 2003 por la American Diabetes Association, dosis diarias de entre 1 y 6 gramos de canela podrían ayudar a reducir los niveles de glucosa en personas con diabetes tipo 2.

Sin embargo, los autores del estudio advirtieron que estos resultados no son concluyentes y que se requieren más ensayos clínicos para determinar la eficacia de la canela como complemento en el tratamiento de la diabetes. Una de las teorías es que la canela aumenta la acción de la insulina, favoreciendo un mejor metabolismo energético.
Beneficios antioxidantes y nutricionales de la canela
Además de su posible efecto hipoglucemiante, la canela es rica en antioxidantes y posee propiedades antiinflamatorias que podrían contribuir a la salud general y a la reducción del estrés oxidativo, un factor vinculado al desarrollo de complicaciones cardiovasculares y metabólicas.
La corteza de canela también aporta micronutrientes como vitamina K, hierro, calcio y manganeso, y es baja en grasa y azúcar, lo que la convierte en un condimento saludable para añadir sabor sin aumentar la carga calórica de los alimentos.
Precauciones al consumir canela para controlar el azúcar
No todas las canelas son iguales. La canela de Ceilán o Sri Lanka (Cinnamomum verum) es la más recomendable para un consumo frecuente, mientras que la canela tipo Cassia, común en muchos mercados, contiene cumarina, un compuesto que en exceso puede afectar el hígado.

Los expertos recomiendan consultar con un médico antes de incorporar canela regularmente en la dieta, especialmente si ya se toman medicamentos hipoglucemiantes, ya que la combinación podría provocar una bajada excesiva de azúcar.
Un complemento natural, no un sustituto
La canela puede ser un aliado natural para mejorar la sensibilidad a la insulina y complementar la dieta de quienes buscan controlar la diabetes tipo 2. No obstante, no sustituye la dieta, el ejercicio ni los tratamientos médicos prescritos. Su consumo moderado, preferiblemente en polvo o infusión, puede aportar sabor y beneficios antioxidantes, sumando un toque saludable a la rutina diaria.