Cómo hacer pan de muerto de chocolate, ideal para la temporada de Día de Muertos

Este tradicional bizcocho mezcla simbolismo y sabor, lo que lo hace destacar durante las festividades del 1 y 2 de noviembre

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Pan de muerto de chocolate.
Pan de muerto de chocolate. Dsieño: (Jesús Tovar Sosa/Infobae/México)

La incorporación del chocolate al tradicional pan de muerto ha transformado esta emblemática pieza de la repostería mexicana, ofreciendo una variante que mantiene el simbolismo ancestral y, al mismo tiempo, introduce un matiz contemporáneo y más indulgente.

Esta adaptación, que respeta la esencia del pan original, responde al deseo de innovar sin perder la conexión con las raíces culturales, lo que permite que nuevas generaciones se apropien de la tradición y la mantengan vigente.

El pan de muerto ocupa un lugar central en las celebraciones del Día de Muertos en México, que se llevan a cabo los días 1 y 2 de noviembre. Durante estas fechas, las familias mexicanas preparan altares en honor a sus seres queridos fallecidos, y el pan se convierte en una ofrenda fundamental.

Según la tradición, los difuntos regresan para visitar a sus familiares y se alimentan del “aroma” o la esencia espiritual de los alimentos dispuestos en el altar, entre los que destaca el pan de muerto.

Esta versión fusiona el pan
Esta versión fusiona el pan de muerto con el chocolate para llevar la repostería a otro nivel. Foto: (iStock)

Ingredientes

Para aproximadamente 2 panes medianos:

  • 500 g de harina de trigo
  • 90 g de azúcar
  • 2 huevos + 1 yema
  • 10 g de sal
  • 11 g de levadura seca (o 30 g de levadura fresca)
  • 1/2 taza de leche tibia
  • 100 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 1 cucharadita de ralladura de naranja (opcional)
  • 80 g de cacao en polvo sin azúcar
  • 100 g de chispas de chocolate (opcional)
  • Azúcar extra y mantequilla derretida para decorar

Preparación paso a paso

  1. Activa la levadura: En un tazón pequeño, mezcla la levadura con una cucharadita de azúcar y la leche tibia. Deja reposar 10 minutos hasta que haga espuma.
  2. Forma la masa: En un bowl grande, mezcla la harina, cacao, azúcar, sal, ralladura de naranja y vainilla. Agrega los huevos, la yema y la levadura ya activada. Comienza a amasar hasta integrar todo.
  3. Agrega la mantequilla: Incorpora poco a poco la mantequilla y sigue amasando hasta obtener una masa suave, elástica y ligeramente pegajosa. Puedes hacerlo a mano o con batidora de gancho.
  4. Deja reposar: Cubre la masa con un trapo y deja reposar en un lugar cálido por una hora o hasta que doble su tamaño.
  5. Forma los panes: Separa una parte pequeña de la masa para hacer los “huesitos” y bolitas decorativas. Forma una bola grande con el resto y colócala sobre una charola con papel encerado. Coloca las decoraciones sobre el pan.
  6. Segunda fermentación: Cubre los panes y deja reposar 45 minutos más para que crezcan.
  7. Hornea: Precalienta el horno a 180 °C. Hornea de 25 a 30 minutos, o hasta que estén cocidos y ligeramente dorados.
  8. Decora: Mientras aún está caliente, unta con mantequilla derretida y espolvorea con azúcar. Para un toque especial, usa azúcar mezclada con un poco de cacao.
Este delicioso pan es aprovechado
Este delicioso pan es aprovechado para compartir en familia o para integrar a altares y ofrendas. Foto: (iStock)

¿Qué representa el pan de muerto?

La forma de este pan está cargada de simbolismo. Su estructura redonda representa el ciclo de la vida y la muerte, así como la conexión entre los vivos y los muertos y el universo mismo. Los característicos “huesitos” que decoran la parte superior simbolizan los huesos del difunto y suelen disponerse en forma de cruz, lo que también puede interpretarse como una referencia a los cuatro puntos cardinales, asociados a los elementos y a las rutas del alma.

En el centro, una bola de masa representa el cráneo o el corazón del difunto, dependiendo de la interpretación regional. La cobertura de azúcar o ajonjolí añade un significado adicional: la dulzura de la muerte, entendida como una parte natural y no temida de la existencia.

El origen del pan de muerto se remonta a la época prehispánica, cuando los pueblos originarios realizaban ofrendas de pan de maíz, en ocasiones mezclado con sangre, en honor a los dioses de la muerte. Con la llegada de los españoles, estas prácticas se fusionaron con las tradiciones católicas y se introdujo el pan de trigo, dando lugar a la versión que se conoce en la actualidad.

Preparar pan de muerto en casa, especialmente en su versión de chocolate, no solo permite disfrutar de su sabor recién horneado, sino que también constituye un acto de memoria y celebración. Este proceso fortalece los lazos familiares y comunitarios, ya que la elaboración y el consumo del pan se comparten entre familiares, amigos y en los altares dedicados a los difuntos.

El pan de muerto de chocolate puede acompañarse con chocolate caliente, café de olla o servirse como postre, adaptándose a los gustos contemporáneos sin perder su profundo significado cultural.