
Lex Ashton, el joven involucrado en el asesinato cometido en el CCH Sur el 22 de septiembre, intentó quitarse la vida lanzándose de un edificio. Actualmente, permanece hospitalizado bajo estricta custodia policial y médica.
Gracias a la filtración del perfil psicológico, sabemos Lex Ashton planeó asesinar al menos a seis personas y que tiene un historial de síntomas depresivos desde hace varios años.
La indagatoria ha puesto especial atención en los mensajes hallados en redes sociales, atribuidos a Lex Ashton, donde se aprecian expresiones de odio y soledad, enmarcadas dentro de lo que se considera ideología incel.

En uno de los mensajes, atribuido por las autoridades al joven de 19 años, se puede leer: “Ya estoy harto de este mundo, nunca en mi p*ta vida he recibido el amor de una mujer y la neta me duele, me duele saber que los chads pueden disfrutar de las folds y yo no, yo ya lo he perdido todo, no tengo trabajo ni familia ni amigos, no tengo motivos para seguir con vida, no pienso irme solo, voy a retribuir a todas esas malditas y todos lo van a ver en las noticias”.
Un coágulo de sangre en la cabeza de Lex Ashton

La noche del domingo 28 de septiembre, Lex Ashton fue sometido a una intervención quirúrgica de emergencia en el Hospital Regional de Traumatología Número 2 del IMSS “Dr. Guillermo Fajardo Ortiz”, según información proporcionada por Nmas. Durante la operación, un equipo multidisciplinario de neurocirujanos extrajo un coágulo localizado en el cráneo del joven, una complicación derivada de las lesiones sufridas cuando se lanzó desde un edificio tras perpetrar el homicidio en el CCH Sur.
Un coágulo de sangre en la cabeza, también conocido como hematoma intracraneal, representa una amenaza grave para la salud, especialmente cuando es consecuencia de un golpe. Este tipo de lesión ocurre cuando el traumatismo provoca que los vasos sanguíneos del cerebro se rompan, permitiendo que la sangre se acumule y genere presión sobre el tejido cerebral. La acumulación exagerada de sangre puede provocar síntomas como dolor de cabeza intenso, confusión, vómitos, pérdida de conciencia o incluso convulsiones. Si la presión no se alivia de manera oportuna mediante intervención médica, existe el riesgo de daño cerebral permanente, coma o muerte.
La gravedad depende del tamaño y la localización del coágulo, así como de la rapidez con que se reciba atención médica.