
Carlos Slim es considerado uno de los empresarios más influyentes de América Latina y el hombre más rico de México. Desde niño mostró interés por los negocios, no solo aprendiendo en la tienda familiar, sino participando en juegos de mesa como el “Turista”, la versión local del Monopoly, con los que comenzó a familiarizarse con conceptos de inversión, propiedad y administración.
Aquellas experiencias lúdicas y prácticas sentaron las bases de una carrera que lo llevaría a construir un conglomerado con presencia en múltiples sectores, desde telecomunicaciones hasta la construcción y los servicios financieros.
Nacido en una familia de origen libanés, desarrolló desde joven una visión pragmática sobre las oportunidades económicas, impulsada tanto por sus primeras operaciones comerciales como por su afición a los números. Esta vocación, nutrida por años de observación y aprendizaje, lo llevó a establecer un imperio con presencia en decenas de países y una plantilla de cientos de miles de empleados.

Carlos Slim, uno de los empresarios más reconocidos en Latinoamérica, sorprendió a la audiencia de Cracks Podcast, conducido por Oso Trava, al revelar parte de sus secretos que lo convierten en uno de los magnates más exitosos a nivel mundial.
El peor error de Slim
En la entrevista de más de una hora, Slim narró que su mayor error como inversionista no fue una mala compra, sino haber vendido demasiado pronto una inversión prometedora: las acciones de Apple adquiridas antes del regreso de Steve Jobs.
Slim detectó que la compañía tenía más liquidez de la que valía en bolsa y decidió comprar acciones por precios muy bajos. Sin embargo, vendió poco tiempo después, dejando ir millones de dólares en ganancias potenciales. Explicó que la compra de acciones de Apple surgió tras leer en una revista sobre la valuación de la compañía, lo que muestra la importancia que le daba a detectar oportunidades fuera de los canales tradicionales.

Durante la entrevista, el magnate mexicano matizó: “Las compramos muy baratas cuando estaba… La vimos en una revista que tenía más liquidez de lo que valía. Estaba un poco al azar, algo así, en una situación muy difícil, antes de que entrara Steve Jobs. Pero las vendimos, con utilidad, por supuesto, buena utilidad, pero no lo que hay. Yo no sé si nos hubiéramos quedado hasta ahora”.
Al analizar la experiencia, Slim reconoció que la utilidad obtenida fue notable, pero jamás comparable con el crecimiento exponencial que vivió Apple años después.
Además, relató situaciones similares con otras inversiones, como Amazon, compañía en la que también vendió antes de la explosión de su valor en el mercado.
“Otro caso fue Amazon, que en 2008 o 2009, por ahí no valía nada, se bajó mucho de valor. Bueno, pues son errores”, admitió en la charla con Oso Trava. El empresario no oculta que esas experiencias han moldeado su aproximación a las inversiones y las oportunidades.
“Haz la mitad”
Para Slim, la lección más valiosa no está en evitar el error, sino en mitigar sus efectos y adaptar la estrategia. Así lo ilustra con su conocido aforismo: “Cuando no sepas qué hacer, haz la mitad”, consejo que atribuye a un pariente y que emplea ante la duda sobre comprar o vender activos financieros. En su caso, vender la totalidad de sus acciones en Apple le impidió beneficiarse del crecimiento exponencial de la tecnológica en años posteriores, algo que considera su peor “desinversión” más que una mala inversión original.

Este principio de cautela y diversificación se refleja en varios episodios de la entrevista. Slim relató cómo, desde joven, aprendió a valorar los balances personales, la administración de recursos y la toma de decisiones informadas. Cuando de inversión se trata, prefiere “tener diez negocios de a uno que uno de a diez”.
En casos en que duda si comprar o vender una inversión, opta por tomar una decisión intermedia: vende solo una parte, compra solo una parte o divide la operación. Según Slim, aplicar este principio le permite reducir el riesgo de arrepentimiento si el resultado final es distinto al esperado.
Esta filosofía le ha permitido capear crisis, comprar activos en los momentos menos populares y construir un imperio con base en la observación atenta y el análisis numérico.
Slim también subrayó una enseñanza crucial para quienes invierten en bolsa: el mayor error puede venir no de qué comprar, sino de la prisa en vender. Por eso, promueve la administración paciente de los portafolios. Explicó que nunca invierte por impulso ni tendencia; su método consiste en analizar los fundamentos y la liquidez de las compañías antes de tomar decisiones. Afirma que ni siquiera en sus errores cometió imprudencias: cada decisión parte de estudiar los datos y los potenciales a largo plazo.
Consejos prácticos y advertencias sobre el mercado
A lo largo de la entrevista, Carlos Slim dejó otros mensajes dirigidos tanto a inversionistas experimentados como al público general. Entre ellos, advirtió sobre el fenómeno de la sobrevaloración tecnológica. “Cuando veo el precio de Tesla, se me hace irracional. Está creo que a 150-180, o 200 veces utilidades”, observó. Planteó que el mercado puede mantener precios desproporcionados más tiempo del que un inversionista puede seguir invirtiendo, motivo por el que recomienda prudencia y diversificación.

Slim mencionó que hace años dejó de operar “en corto”, aunque considera volver a esta estrategia debido a casos donde los activos no justifican su valoración con sus utilidades, citando otra vez el ejemplo de Tesla.
Resaltó que mantener liquidez es fundamental: solo de ese modo un inversionista puede soportar momentos críticos del mercado y aprovechar oportunidades, sin estar forzado a deshacerse de activos con pérdidas.
Asegura que nunca tomó posiciones apalancadas ni invirtió prestado, y justamente esa disciplina lo protegió en etapas de volatilidad.
En cuanto al proceso de selección y administración de una cartera, Slim compartió su práctica de ajustar los porcentajes de acciones según detecta oportunidades. Cuando identifica acciones “regaladas”, invierte hasta el 70-80% de su portafolio en ellas; cuando percibe un entorno sobrevalorado, reduce esa exposición a cifras cercanas al 60%.
Advierte contra dejarse llevar por la emoción del mercado, y recomienda construir carteras equilibradas, adaptándose a los ciclos de inflación y especulación.
Al compartir la frase de un agente de bolsa que respetaba, “Si sube es buena, si baja es mala”, Slim alude con ironía a la simplicidad con la que muchos ven la inversión, y apunta que lo razonable es analizar y diversificar, no apostar todo a una tendencia.
El empresario recalcó la importancia de la paciencia, la administración de riesgo y la flexibilidad ante el comportamiento del mercado. Reconoce que el mercado puede “permanecer irracional más tiempo del que uno puede mantenerse líquido”, por lo que aconseja mantener siempre una reserva y resistir la presión de vender en los momentos de mayor pánico.