
El caso de Carlos Gurrola, un hombre de 47 años de edad conocido como ‘Papayita’, que murió el jueves pasado presuntamente tras haber sido envenenado por sus compañeros de trabajo, en Torreón, Coahuila, ha generado indignación no solo por el fallecimiento en sí sino por la falta de atención al acoso laboral.
Esto, luego de que la familia acusó que Carlos era acosado constantemente por sus compañeros de trabajo en una empresa contratista en el sector de Senderos, señalando que le hacían “bromas pesadas” como esconderle la comida, dañar la bicicleta en la que se transportaba o esconderle su celular.
No obstante, denunciaron que el 30 de agosto pasado, los compañeros de Carlos vaciaron líquido desengrasante en su bebida, si que él se diera cuenta, lo que ocasionó que se enfermera gravemente y falleciera tres semanas después.
El caso ha sido condenado por colectivos y activistas, en su mayoría feministas, quienes exigieron a las autoridades locales realizar una investigación profunda del caso y que se extienda la responsabilidad a la empresa donde laboraba la víctima.
Uno de los colectivos es ‘Las brujas del mar’, el cual consideró que el asesinato pudo evitarse si las autoridades de la empresa hubieran atendido las denuncias de acoso laboral.
“Qué coraje, profunda tristeza y asco conocer el caso de Carlos, el trabajador de limpieza en el HEB de Torreón. Nuevamente un asesinato que pudo evitarse, Carlos era victima de violencia y acoso por parte de sus compañeros de trabajo, esto fue reportado y no se hizo lo suficiente, no se hizo nada.
“Exigimos que se investigue y se dé con los responsables, extendiendo la responsabilidad a aquellos que desde las áreas encargadas de salvaguardar a Carlos no lo hicieron.#JusticiaParaCarlos“, escribió en su cuenta de X.
El colectivo Werwomenonfire se sumó al llamado a atender el caso de Carlos y que haya justicia, así como a que las autoridades actúen con seriedad ante la violencia laboral.
"La violencia laboral NO es broma. Nadie debería ir a trabajar con miedo. Nadie debería perder la vida por el maltrato de otros. Nadie debería ser humillado para divertir a los demás. Nadie debería soportar violencia para llevar comida a su casa.
“Exigimos justicia para Carlos y todas las personas que han sufrido violencia laboral. Callar también es parte del problema y exigir justicia es la única manera de que esto no vuelva a pasar”, se lee en su perfil de Instagram.
En la misma publicación, la organización feminista también exigió que la empresa se pronuncie públicamente y asuma su responsabilidad.
“Exigimos a las autoridades que se haga justicia y que los responsables reciban una pena ejemplar”, agregó.
¿Qué es el acoso o la violencia laboral?
De acuerdo con un artículo publicado por Fundación UNAM, la problemática del acoso laboral, también conocido como mobbing, tiene repercusiones en el entorno profesional y en la salud de quienes lo padecen.
Según la misma información, el acoso laboral se define como una serie de conductas sistemáticas de hostigamiento, humillación, intimidación, desprecio, bloqueo de tareas o aislamiento ejercidas hacia una persona en su lugar de trabajo, con el objetivo de menoscabar su dignidad, generar temor o inhibir su desempeño.
El acoso puede provenir de superiores, compañeros o incluso de personas a cargo, y afecta tanto a hombres como a mujeres.
Entre las manifestaciones del acoso se encuentran burlas, marginación de actividades, desprestigio ante colegas, exceso de trabajo injustificado y amenazas veladas o explícitas.
La consecuencia suele ser un deterioro significativo de la salud física y emocional, manifestándose en estrés, ansiedad, angustia, aislamiento social, trastornos del sueño, disminución de la autoestima y, en casos graves, depresión.
La publicación destaca la importancia de saber identificar estas conductas, pues muchas veces pueden pasar desapercibidas o naturalizarse bajo la idea de que forman parte de una “cultura organizacional” exigente.
Recomienda a las víctimas documentar cada incidente de acoso —incluyendo fechas, lugares y personas involucradas—, así como buscar apoyo profesional, ya sea psicológico o legal.
También aconseja dirigirse a las áreas correspondientes dentro de las instituciones, como departamentos de recursos humanos o, en el caso de la UNAM, la Coordinación para la Igualdad de Género, que cuenta con protocolos y mecanismos para atender estos casos.


