Dieta del limón para adelgazar: ¿Moda peligrosa o remedio eficaz?

Para quienes la adopten, es preciso combinarla con una alimentación equilibrada, hábitos saludables y supervisión profesional

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La dieta del limón se ha convertido en una de las tendencias más populares para perder peso de forma rápida.

No obstante, entre sus defensores y críticos surge la pregunta: ¿realmente funciona o puede ser perjudicial para la salud?

En qué consiste

El régimen propone iniciar el día con un vaso de agua tibia con limón y mantener durante el día un consumo reducido de calorías. Algunos planes incluyen limonadas varias veces al día, ayuno parcial con limón y restricción de ciertos alimentos como carbohidratos y grasas.

Beneficios potenciales

Entre los beneficios más señalados están la hidratación y sensación de saciedad, ya que iniciar el día con líquidos ayuda a controlar el apetito. Además aporta vitamina C y antioxidantes, nutrientes que fortalecen el sistema inmunológico y combaten el estrés oxidativo. También puede favorecer la digestión al estimular la producción de jugos gástricos, lo que podría mejorar la absorción de nutrientes y reducir la sensación de pesadez.

Riesgos y precauciones

A pesar de sus posibles beneficios, no está exenta de riesgos. El ácido cítrico puede erosionar el esmalte dental si se consume con frecuencia y en grandes cantidades, y también puede agravar problemas digestivos como gastritis o reflujo.

La restricción calórica estricta puede ocasionar deficiencias nutricionales, pérdida de masa muscular y fatiga. Además, los resultados suelen ser temporales, y al regresar a una alimentación habitual sin cambios sostenibles, es común recuperar el peso perdido.

Intestino (Shutterstock)
Intestino (Shutterstock)

Consideraciones finales

Quienes respaldan esta dieta aseguran que el limón ayuda a quemar grasa, eliminar toxinas y disminuir inflamación, pero lo cierto es que no existen estudios científicos que avalen que el limón por sí solo genere pérdida de peso significativa. La clave sigue siendo mantener un déficit calórico y hábitos saludables.

La mayoría de los efectos atribuidos al limón son anecdóticos o derivados de estudios aislados, lo que genera incertidumbre sobre su eficacia real. Esta falta de sustento médico hace que muchas personas adopten la dieta de forma experimental, sin supervisión profesional.

Para quienes decidan probarla dieta, es fundamental no sustituir todas las comidas por limonadas y mantener una alimentación equilibrada. Se recomienda también consumir el limón diluido y preferiblemente durante las comidas para proteger el esmalte dental y evitar molestias digestivas.

También se sugiere consultar con un profesional de la salud, especialmente para personas con problemas gástricos, renales o dentales. La dieta del limón puede ser un recurso temporal para mejorar la hidratación y acompañar hábitos saludables, pero no es una solución milagrosa para bajar de peso de manera sostenida.