
Desde tiempos prehispánicos, el estafiate (Artemisia ludoviciana) ha sido valorado por comunidades indígenas como un recurso medicinal para aliviar diversos malestares, especialmente los respiratorios.
Su uso tradicional como infusión o en baños de vapor lo convierte en un aliado natural contra síntomas como la tos seca, la congestión nasal y el dolor de garganta.
Esta planta, de hojas plateadas y aroma amargo, ha sido empleada en la medicina tradicional mexicana para tratar gripes, resfriados y afecciones respiratorias.
Registros etnobotánicos y recopilaciones de saberes ancestrales, como los de la Asociación de Saberes Ancestrales en Medicina Integrativa (ASAMI), documentan su efectividad en estos padecimientos.
En comunidades indígenas, también se utiliza en limpias energéticas y baños de hierbas, lo que refuerza su papel como planta de uso integral.

Aunque la evidencia científica sobre sus aplicaciones respiratorias aún es limitada, estudios recientes han comenzado a validar sus propiedades.
Una investigación publicada en Pharmaceuticals reveló que dos de sus compuestos activos, la estafiatina y la eupatilina, “ayudan a combatir la Helicobacter pylori, una bacteria relacionada con la gastritis y las úlceras estomacales”, y mostraron efectos antiinflamatorios que podrían ser útiles en procesos respiratorios.
Además, la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM encontró que los extractos naturales de estafiate fueron “altamente eficaces para eliminar ciertos parásitos intestinales en pruebas de laboratorio”, lo que sugiere un potencial terapéutico más amplio.
El estafiate también se ha utilizado para aliviar síntomas del síndrome premenstrual y regular el ciclo menstrual, lo que refuerza su versatilidad terapéutica.
Su uso en rituales de sanación y limpias energéticas refleja la conexión entre salud física y espiritual. Su accesibilidad en mercados locales y herbolarios lo convierte en una opción popular entre quienes buscan alternativas naturales.

Además, su integración en prácticas culturales refuerza su valor como remedio tradicional con múltiples aplicaciones.
En el tratamiento de afecciones respiratorias, el estafiate suele prepararse en infusión o como vapor para inhalación.
Según la guía de ASAMI, se recomienda hervir 10 a 15 gramos de hojas secas o frescas en tres litros de agua durante 2 a 4 minutos, colar y beber hasta cuatro veces al día, por un período máximo de 15 a 20 días. También puede aplicarse en baños corporales o utilizarse como vapor para descongestionar las vías respiratorias.
Como todo remedio natural, su uso debe ser cuidadoso y complementarse con orientación profesional, especialmente si se presentan síntomas persistentes o severos. El estafiate representa una opción accesible y culturalmente arraigada para aliviar el dolor de garganta y otros malestares respiratorios.