
La Cámara de Senadores recibirá el Paquete Económico 2026 este lunes 8 de septiembre a las 20:00 horas, adelantó la presidenta de la Mesa Directiva, Laura Itzel Castillo Juárez, a través de un mensaje difundido en redes sociales.
El paquete, que contiene tanto el proyecto de Ley de Ingresos como el Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año, será fundamental para el control presupuestario y la rendición de cuentas en el país, apuntó la legisladora.
La senadora de Morena subrayó que el contenido del paquete reflejará la orientación social de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
“Confiamos en que reflejará la visión social de la presidenta Claudia Sheinbaum”, enfatizando la expectativa de que las políticas económicas propuestas respondan a las necesidades sociales más apremiantes.

Castillo Juárez celebró la supresión de la deducción fiscal que los bancos realizaban al IPAB, señalando que este cambio representa un avance en la justicia fiscal y en la transparencia del manejo de los recursos públicos.
Recordó que el FOBAPROA, antecesor del IPAB, surgió como respuesta al rescate bancario de los años 90, una operación que generó una deuda significativa para la población mexicana.
“Celebramos que se elimine la deducción de impuestos que los bancos hacían al IPAB, heredero del FOBAPROA, aquel rescate bancario de los años 90 que endeudó a millones de mexicanas y mexicanos por generaciones”.
Qué fue el Fobaproa
El Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) fue un programa creado en México en 1990, orientado a proteger al sistema bancario ante problemas de liquidez o insolvencia.
El Fobaproa adquirió mayor notoriedad durante la crisis económica de 1994-1995, cuando el país enfrentó una severa devaluación del peso que impactó al sector bancario.
Ante la incapacidad de varios bancos para responder a sus obligaciones, el Fobaproa absorbió sus pasivos, convirtiendo deudas privadas de instituciones financieras en deuda pública.
El mecanismo consistió en que los bancos transfirieron créditos vencidos y activos de baja calidad al Fobaproa, que a su vez les entregó recursos frescos, sustentados con bonos emitidos a largo plazo.
La magnitud de los pasivos adquiridos por el Fobaproa fue motivo de controversia política y social, ya que implicó cargar al Estado mexicano —y por extensión a los contribuyentes— con el rescate de los bancos, en lugar de exigirles mayores responsabilidades a los accionistas y directivos del sector financiero.
En 1999, el Fobaproa fue sustituido por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), encargado de administrar los procesos pendientes y establecer un nuevo marco de protección bancaria.
El Fobaproa fue uno de los rescates bancarios más grandes de América Latina y dejó consecuencias a largo plazo para las finanzas públicas mexicanas. Su manejo y transparencia fueron ampliamente criticados y, hasta hoy, siguen siendo tema de debate en la agenda pública del país.