
Un tribunal federal de Estados Unidos condenó a Eleazar Medina-Rojas, conocido como El Chelelo, a más de 31 años de prisión y al pago de 26.5 millones de dólares, tras hallarlo culpable de liderar una conspiración para fabricar y distribuir grandes cantidades de cocaína y marihuana.
Según informó el Departamento de Justicia estadounidense, Medina-Rojas, de 53 años y originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, operó como alto mando dentro del cártel de Los Zetas, encargado de controlar rutas clave de tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
De acuerdo con la información oficial emitida por el gobierno estadounidense, Medina-Rojas utilizó la violencia y la intimidación para preservar los corredores de contrabando que conectan México con ciudades texanas como Brownsville, Laredo y McAllen.
Contexto de la situación

Durante cuatro años, aseguraron las autoridades, sometió con mano de hierro los trayectos por donde circularon más de 3 mil toneladas de narcóticos hacia la frontera sur estadounidense.
Su captura y extradición a territorio estadounidense en julio de 2023 debilitó las operaciones de Los Zetas, de acuerdo con declaraciones de la Administración para el Control de Drogas (DEA).
El Departamento de Justicia detalló que Los Zetas surgieron como brazo armado del cártel del Golfo, organizándose en su momento bajo el nombre de “La Compañía” tras una alianza criminal.
El propio Medina-Rojas ejerció el cargo de “plaza boss” en Monterrey, dirigiendo decenas de subordinados y coordinando el paso de al menos 450 kilogramos de cocaína y 90 mil kilogramos de marihuana hacia territorio estadounidense.
Además, enfrentó acusaciones por instrumentar actos de violencia en conflictos con grupos rivales por el control de plazas, según el Departamento de Justicia de EEUU.

El caso, procesado por la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia, junto con agentes de la DEA en Houston y fiscales de la sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas, formó parte de la iniciativa nacional “Operation Take Back America”.
Esta operación federal, según Estados Unidos, “busca instruir y movilizar recursos para combatir la inmigración ilegal, arrestar a integrantes de organizaciones criminales transnacionales y proteger a comunidades ante delitos violentos".
“La sentencia de hoy recuerda que el Departamento de Justicia perseguirá a los integrantes violentos de carteles y los hará responsables por sus crímenes en Estados Unidos y en el extranjero”, declaró Matthew R. Galeotti, fiscal general interino de la División Criminal del Departamento de Justicia.
Por su parte, Jonathan C. Pullen, agente especial de la DEA en Houston, sostuvo: “El trabajo persistente de nuestros agentes permitió interrumpir las rutas delictivas de Medina-Rojas, lo que contribuyó a debilitar a la organización”.
El Departamento de Justicia reveló que el caso reflejó la colaboración judicial entre autoridades estadounidenses y mexicanas, así como la coordinación internacional para la captura y extradición del jefe criminal.