Reportan incremento en tratamientos de hemodiálisis, atribuibles al excesivo consumo de azúcar en el país

Se trata de un proceso altamente desgastante, las personas que se someten al procedimiento pierden en promedio 10 años de vida

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En días pasados en la Conferencia del Pueblo, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, destacó los riesgos y consecuencias del consumo de bebidas azucaradas en el país.

Es así que el titular de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, reportó una reducción de 4.2 años de vida solamente por el alto consumo de bebidas azucaradas- refrescos, jugos, bebidas energéticas-, lo que le cuesta al sector salud atender todas las incidencias de hipertensión, diabetes y obesidad; claramente es un tema de salud pública que contribuye al deterioro de la salud de los habitantes.

Las causas

Ante tal situación, México tiene altísimo consumo de bebidas azucaradas, lo que eleva la incidencia de diabetes, la principal causa de Enfermedad Renal Crónica (ERC) y del ingreso a terapias dialíticas, incluida la hemodiálisis, en el sector público. Los volúmenes revelados por el IMSS y los estudios locales muestran que la carga de hemodiálisis va en aumento.

Cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social indican que en el 2024 tuvo 79 mil 689 personas en terapia de reemplazo renal (TRR); 54% (42 mil 836) en hemodiálisis y 46% en diálisis peritoneal. Un volumen alto y en ascenso respecto al 2020 cuando atendió a 59 mil 754 pacientes en diálisis, 41% de hemodiálisis, es decir, 24 mil 499 mil derechohabientes.

Por su parte, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), apunta que las bebidas endulzadas son consumidas por casi el 80% de la población mexicana en un día típico.

El incremento

El aumento en la demanda de hemodiálisis en México ha sido atribuido por instituciones de salud y expertos al consumo elevado de bebidas azucaradas, especialmente refrescos, y a la persistencia de otros hábitos poco saludables entre la población.

La recurrencia de estos factores ha resultado en un crecimiento significativo de terapias de sustitución renal o dialíticas.

Según los especialistas, la progresiva ingesta de azúcar acelera el deterioro de la función renal hasta que, en estados avanzados, los riñones dejan de funcionar por completo. En ese momento, se considera necesario recurrir a procedimientos como la hemodiálisis, que consiste en la limpieza artificial de la sangre para remover toxinas y líquidos que el cuerpo ya no puede filtrar.

Existen dos modalidades de diálisis:

  • Peritoneal, aplicada mediante el abdomen.
  • Hemodiálisis, realizada mediante acceso venoso.

Para mantener su eficacia, la hemodiálisis debe efectuarse entre dos y tres veces por semana, con sesiones que duran entre 4 y 6 horas cada una. Este proceso implica una modificación sustancial en el día a día de los pacientes y una pérdida promedio de 10 años de vida.