
El consumo diario de té de salvia se ha consolidado como una práctica que aporta beneficios para la salud gracias a su riqueza en antioxidantes y compuestos bioactivos. Esta infusión, elaborada a partir de las hojas de Salvia officinalis, destaca no solo por su uso tradicional en la cocina mediterránea, sino también por su potencial para mejorar diversas funciones del organismo.
El té de salvia se prepara infusionando hojas frescas o secas en agua caliente durante varios minutos, lo que permite extraer sus principios activos. Su sabor, caracterizado por notas amargas y aromáticas, lo distingue de otras infusiones más populares. Aunque su ingesta moderada resulta segura para la mayoría de las personas, se recomienda consultar a un profesional de la salud antes de incorporarlo de manera habitual a la dieta, además, hay quienes no deberían consumirlo.
Quiénes no deberían consumir té de salvia y por qué
- Personas con epilepsia o antecedentes de convulsiones: La salvia contiene tuyona, una sustancia que puede inducir convulsiones o aumentar su frecuencia, especialmente en dosis elevadas.
- Mujeres embarazadas y en periodo de lactancia: El consumo de salvia podría provocar contracciones uterinas y aumentar el riesgo de aborto espontáneo. Además, sus componentes pasan a la leche materna y podrían afectar al lactante.
- Personas con insuficiencia renal o hepática: El metabolismo de los compuestos activos de la salvia puede verse alterado en estos casos, aumentando el riesgo de toxicidad.
- Personas que toman medicamentos anticonvulsivos: La salvia puede reducir la eficacia de estos fármacos y favorecer la aparición de convulsiones.
- Niños pequeños: Su sistema nervioso está en desarrollo y la presencia de tuyona podría resultar tóxica.
- Personas alérgicas a plantas de la familia Lamiaceae: Estas personas pueden presentar reacciones alérgicas al consumir salvia.
Entre los principales aportes de esta bebida se encuentra su elevado contenido de antioxidantes, como el ácido rosmarínico y diversos flavonoides. Estos compuestos contribuyen a proteger las células del daño oxidativo, combatiendo los radicales libres presentes en el organismo. Además, la salvia posee propiedades antiinflamatorias, lo que la convierte en una opción interesante para quienes padecen afecciones crónicas como la artritis. Estas mismas características pueden favorecer la mejoría de problemas cutáneos, entre ellos el acné y el eczema.
El efecto positivo del té de salvia sobre la salud digestiva se manifiesta en su capacidad para aliviar molestias como la indigestión, los gases y la hinchazón abdominal. Su acción carminativa facilita la expulsión de gases del tracto gastrointestinal, contribuyendo a una mejor digestión. Por otro lado, los compuestos antimicrobianos presentes en la planta actúan contra bacterias y hongos, lo que puede resultar beneficioso tanto para la salud bucal como para la prevención de infecciones digestivas.
Para preparar una taza de té de salvia, se requiere una taza de agua y una cucharada de hojas frescas o una cucharadita de hojas secas. El proceso consiste en hervir el agua, retirarla del fuego, añadir las hojas y dejar reposar la infusión entre cinco y diez minutos. Posteriormente, se cuelan las hojas y se sirve el té, con la opción de añadir miel o limón al gusto.