
En el cuidado de la piel existen muchos remedios y tips que suelen darse para tener una piel bonita, sin brillo y libre de poros abiertos.
Y uno de estos tips, que ha cobrado popularidad en redes sociales, es el aplicar hielo en la piel al despertar.
De acuerdo con quienes suelen recomendar esto como un hábito, y cómo parte de una rutina de skincare saludable, este simple acto puede ayudar a lucir una piel hermosa.
Sin embargo, por si haz pensado incluirlo en tu rutina, pero no estás segura de sus beneficios, aquí te decimos si realmente tiene ventajas para tu piel y cómo aplicarlo de forma segura.

Estos son los beneficios de aplicar hielo en el rostro al levantarse
La aplicación de hielo en el rostro al levantarse se asocia con varios beneficios cosméticos y sensoriales, entre los cuales se encuentran los siguientes:
- Disminución de la inflamación: El frío ayuda a reducir la hinchazón matutina, especialmente en áreas como ojos y mejillas.
- Cierre temporal de poros: El hielo puede provocar una contracción temporal de los poros, dando una apariencia más tersa a la piel.
- Mejora de la circulación: El contacto con el frío estimula la microcirculación, lo que puede aportar una sensación de frescura y revitalización.
- Atenuación de rojeces: Puede ayudar a disminuir el enrojecimiento o la irritación ligera de la piel.
- Sensación refrescante: Proporciona una potente sensación de alerta y frescura al comenzar el día.

Cómo aplicar hielo en el rostro de manera segura para no dañar la piel
Para aplicar hielo en el rostro de manera segura y evitar daños en la piel, es importante seguir estas recomendaciones:
- No aplicar el hielo directamente sobre la piel: Siempre envuélvelo en un paño limpio, una toalla delgada o una gasa. Esto evita quemaduras por frío o irritación.
- Limpiar el rostro antes de la aplicación: Lava el rostro suavemente y asegúrate de que esté libre de maquillaje o suciedad.
- Utilizar movimientos suaves y circulares: Desliza el hielo envuelto por el rostro con delicadeza, sin ejercer presión excesiva.
- No exceder el tiempo de aplicación: Limita el contacto a 1-2 minutos por zona y no superes 10 minutos en total para impedir efectos adversos.
- Evitar zonas con lesiones activas: No apliques hielo sobre heridas abiertas, piel irritada, quemaduras o brotes severos de acné.
- Secar e hidratar después: Cuando termines, seca cuidadosamente el rostro y aplica una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel.
Estas medidas minimizan el riesgo de quemaduras por frío, enrojecimiento excesivo o sensibilidad cutánea.