Ojos secos: cuáles son las principales causas y qué puedes hacer para evitarlo

Este trastorno podría generar molestias como picazón, enrojecimiento e incluso vista borrosa

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El ojo seco es uno
El ojo seco es uno de los trastornos más comunes, producido en gran parte por factores ambientales. Foto: (iStock)

La sequedad ocular es una condición cada vez más frecuente que afecta a millones de personas en todo el mundo. Conocida clínicamente como síndrome del ojo seco, esta afección se presenta cuando los ojos no producen la cantidad suficiente de lágrimas o cuando la calidad de las mismas no es la adecuada para mantener una correcta lubricación.

Esta falta de humedad puede provocar molestias como ardor, picazón, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño e incluso visión borrosa, lo que afecta significativamente la calidad de vida. Las causas más comunes del ojo seco están relacionadas con factores ambientales, el estilo de vida, el uso excesivo de pantallas digitales, ciertos medicamentos y enfermedades crónicas.

Una de las principales causas es el uso prolongado de computadoras, teléfonos móviles y tabletas, ya que al fijar la vista en una pantalla, la frecuencia del parpadeo disminuye considerablemente, lo que impide una correcta distribución de la película lagrimal sobre la superficie ocular.

A esto se suma el uso de aire acondicionado, calefacción o exposición al viento, ambientes que favorecen la evaporación rápida de las lágrimas. Además, el envejecimiento es un factor natural que disminuye la producción lagrimal, especialmente en personas mayores de 50 años.

Este trastorno podría estar relacionado
Este trastorno podría estar relacionado con actividades como el uso frecuente de pantallas. Foto: (iStock)

Algunas enfermedades autoinmunes, como el síndrome de Sjögren, la artritis reumatoide o el lupus, también están asociadas al ojo seco, ya que afectan directamente las glándulas productoras de lágrimas. Asimismo, los cambios hormonales, especialmente en mujeres durante la menopausia, pueden alterar el equilibrio de la película lagrimal.

El uso de lentes de contacto por tiempos prolongados es otro factor que puede contribuir a la irritación y sequedad ocular. En cuanto a los medicamentos, algunos antihistamínicos, antidepresivos, anticonceptivos, diuréticos y tratamientos para la presión arterial pueden reducir la producción de lágrimas como efecto secundario.

Frente a esta condición, existen varias medidas que pueden ayudar a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Una de las más efectivas es el uso de lágrimas artificiales, disponibles en forma de gotas oftálmicas lubricantes que aportan hidratación temporal. Sin embargo, es importante evitar el uso prolongado de gotas con conservadores, ya que pueden irritar aún más el ojo.

Se recomienda también realizar pausas frecuentes durante el uso de pantallas, aplicar la regla 20-20-20 (cada 20 minutos, mirar un objeto a 20 pies de distancia por al menos 20 segundos) y asegurarse de parpadear conscientemente para mantener el ojo lubricado.

Es indispensable acudir a un
Es indispensable acudir a un especialista para recibir un tratamiento adecuado. Foto: (iStock)

Mantener una buena hidratación, evitar ambientes secos o con humo, y utilizar humidificadores en espacios cerrados son otras estrategias útiles. En casos más severos, un oftalmólogo puede indicar tratamientos como la oclusión de los conductos lagrimales, uso de medicamentos antiinflamatorios o incluso terapia de luz pulsada intensa.

También se recomienda una alimentación rica en ácidos grasos omega-3, presentes en pescados y semillas, ya que favorecen la calidad de la película lagrimal.

En conclusión, la sequedad ocular es un problema multifactorial que puede prevenirse y tratarse con medidas sencillas, pero requiere atención oportuna para evitar complicaciones a largo plazo.

Consultar a un especialista es fundamental ante la persistencia de síntomas, ya que un diagnóstico adecuado permite elegir el tratamiento más eficaz según cada caso.