
La tormenta tropical Juliette, ubicada en el Océano Pacífico, continúa su trayectoria lejos de las costas mexicanas, pero mantiene influencia indirecta en las condiciones meteorológicas del centro del país.
De acuerdo con el último reporte del Servicio Meteorológico Nacional, el fenómeno se localiza a 805 km al oeste-suroeste de Cabo San Lucas, Baja California Sur, con vientos máximos sostenidos de 110 km/h, rachas de hasta 140 km/h y un desplazamiento hacia el noroeste a 17 km/h.
Aunque Juliette no representa un peligro directo para tierra firme, se espera que en la Ciudad de México predominen cielos nublados, lluvias débiles y tormentas aisladas a lo largo del día y durante la noche en varias alcaldías.
¿Qué alcaldías se verán afectadas?

En Azcapotzalco, por ejemplo, se pronostican lluvias ligeras hasta las 2 de la tarde, seguidas de una tregua con nubes y claros, antes de un nuevo episodio de lluvias a las 11 de la noche, de acuerdo con la plataforma Meteored.
Gustavo A. Madero tendrá cielo parcialmente nublado hasta las 3 de la tarde, cuando se registrarán lluvias débiles, mientras que por la noche se mantendrá el cielo nublado.
En Xochimilco, se anticipa una tormenta nocturna a partir de las 8 p.m., que disminuirá a lluvia débil hacia las 11 p.m., misma condición que se espera en Coyoacán, Iztapalapa y Tlalpan, donde el cielo estará parcialmente nublado durante el día, con lluvias a partir de la noche.
En Iztacalco, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo y Tláhuac, se prevé un ambiente con nubes y claros hasta el anochecer, seguido por lluvias ligeras desde las 6 u 8 p.m.
En Milpa Alta, el pronóstico es más prolongado: lluvias débiles continuas desde el mediodía hasta las 11 de la noche.
Finalmente, en la colonia Cuauhtémoc, se esperan lluvias débiles a la 1 de la tarde y un ambiente parcialmente nublado el resto del día.
¿Cómo se forman las grandes tormentas?

Los fenómenos meteorológicos como tormentas tropicales y huracanes tienen su origen en extensas zonas de baja presión que se desarrollan sobre aguas cálidas del océano.
Estas formaciones pueden evolucionar gradualmente, pasando por diferentes etapas que determinan su intensidad y potencial destructivo.
El proceso inicia con una depresión tropical, caracterizada por vientos de hasta 64 km/h. Si las condiciones lo permiten, esta puede intensificarse hasta convertirse en una tormenta tropical, con vientos de entre 64 y 117 km/h.
En este punto, el sistema adquiere un nombre oficial y ya puede provocar lluvias intensas, oleaje elevado y afectaciones costeras.
Cuando los vientos superan los 118 km/h, el fenómeno se clasifica como huracán, que puede alcanzar hasta la categoría 5, la más severa según la escala Saffir-Simpson.
A lo largo de su trayectoria, estas tormentas pueden dejar tras de sí inundaciones, deslaves y daños importantes en infraestructura, razón por la cual es fundamental seguir de cerca sus reportes y advertencias.