
El licuado de fresa con espinaca se ha posicionado como una alternativa saludable dentro de la alimentación cotidiana. Esta mezcla aporta una combinación de nutrientes que favorecen a distintos sistemas del cuerpo y se adapta a diferentes estilos de vida, desde quienes buscan mejorar su rendimiento físico hasta quienes desean fortalecer el sistema inmunológico o cuidar la salud cardiovascular.
Las fresas destacan por su alto contenido de vitamina C, un antioxidante que contribuye a la reparación de tejidos y apoya las funciones del sistema inmune. Su contenido en fibra dietética ayuda a regular el tránsito intestinal y a mantener estables los niveles de glucosa en sangre. También aportan manganeso, ácido fólico y compuestos fenólicos, asociados con la reducción del daño celular. La espinaca, por su parte, aporta hierro, calcio, potasio y vitaminas del complejo B, además de vitamina K, fundamental para la coagulación sanguínea.
Al combinar ambos ingredientes en un licuado, se obtiene una bebida con un perfil nutricional variado. La vitamina C de la fresa mejora la absorción del hierro presente en la espinaca, potencializando los efectos de ambos componentes y ayudando a prevenir estados de anemia ferropénica, especialmente en personas con dietas vegetarianas o veganas.

Fuente natural de antioxidantes
El licuado de fresa con espinaca contiene una alta concentración de antioxidantes. Los flavonoides y polifenoles presentes en la fresa neutralizan los radicales libres, disminuyendo el riesgo de enfermedades crónicas vinculadas al envejecimiento celular. La espinaca, a su vez, aporta luteína y zeaxantina, dos antioxidantes que protegen la salud ocular.
El consumo regular de este licuado puede contribuir a reducir procesos inflamatorios en el organismo y a proteger el sistema cardiovascular. La acción combinada de los antioxidantes favorece el mantenimiento de una piel saludable y fortalece las defensas naturales, lo que se traduce en una menor incidencia de infecciones y una mejor capacidad de recuperación ante enfermedades.
Apoyo para la función muscular y nerviosa
La espinaca contiene potasio, magnesio y pequeñas cantidades de calcio, minerales que colaboran en la función muscular y la transmisión nerviosa. El magnesio, además, interviene en el metabolismo energético y en la regulación de la presión arterial. La inclusión de este vegetal en un licuado lo convierte en una opción adecuada para quienes practican actividad física, ya que ayuda a reponer minerales perdidos durante el ejercicio y a prevenir calambres o fatiga muscular.

Cómo preparar el licuado de fresa con espinacas
Preparar un licuado de fresa con espinaca resulta sencillo. Se recomienda usar fresas frescas o congeladas, espinaca lavada y fresca, junto con agua, leche o una bebida vegetal como base líquida.
Es posible añadir semillas de chía, linaza o un poco de plátano para modificar la textura y el contenido energético de la bebida según las necesidades personales. Esta facilidad de preparación favorece su incorporación en la dieta cotidiana, tanto en desayunos como en meriendas.
De igual manera, esta bebida aporta una cantidad considerable de agua, especialmente si se utiliza hielo o una base líquida baja en calorías.
Aunque el licuado de fresa con espinaca es una opción nutritiva, conviene consumirlo como parte de una dieta equilibrada y variada. Aquellas personas con enfermedades renales deben considerar el contenido de potasio de la espinaca y consultar con un profesional antes de incorporarlo de forma regular.