El arroz blanco es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, pero su preparación puede influir directamente en la cantidad de nutrientes que llega a nuestro plato.
Aunque es fuente de carbohidratos y minerales como magnesio y fósforo, ciertos métodos de cocción pueden hacer que parte de sus vitaminas, especialmente las del grupo B, se pierdan en el proceso.
De acuerdo con expertos en nutrición, la clave para preservar el valor nutritivo del arroz está en controlar el tiempo, la cantidad de agua y el contacto directo con el calor.
Esto se debe a que muchas vitaminas y minerales son solubles en agua y sensibles a temperaturas altas prolongadas.
Métodos más recomendados
Entre las técnicas más efectivas para conservar los nutrientes destacan la cocción por absorción y la cocción al vapor.
En el primer caso, el arroz absorbe todo el líquido, evitando que se desechen vitaminas y minerales junto con el agua sobrante.
En el segundo, el vapor permite una cocción suave y sin contacto directo con el agua, reduciendo la pérdida de nutrientes.
Otra estrategia útil es sustituir el agua por caldos caseros de vegetales o huesos, lo que no solo aporta sabor, sino que también compensa la pérdida natural de micronutrientes durante el proceso de cocción.
Además, especialistas recomiendan evitar lavar el arroz en exceso antes de cocinarlo. Aunque un enjuague rápido ayuda a retirar polvo y exceso de almidón, un lavado prolongado puede arrastrar parte de las vitaminas superficiales del grano.
Como viste en el cuadro, se ve en la tabla comparativa de los métodos más comunes de cocción y su impacto en el valor nutricional del arroz blanco.
Por ello, si lo que buscas es mantener el arroz blanco lo más nutritivo posible, lo ideal es usar el método de absorción o la cocción al vapor. Ambas técnicas reducen la pérdida de vitaminas y minerales, mejoran la textura y potencian el sabor natural del grano.
