Cinco sustancias que nunca debes mezclar con cloro, según la ciencia

Aunque el cloro es excelente para desinfectar superficies, usarlo sin cuidado podría convertirlo en una sustancia altamente corrosiva

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Esta sustancia podría ser altamente
Esta sustancia podría ser altamente dañina si se combino con otras sustancias. Foto: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

El cloro es un desinfectante ampliamente utilizado en hogares e industrias por su capacidad para eliminar bacterias, virus y otros microorganismos. Sin embargo, su uso indebido puede resultar extremadamente peligroso, sobre todo cuando se combina con ciertas sustancias químicas comunes.

Estas mezclas pueden generar vapores tóxicos, reacciones violentas o incluso explosiones. A continuación, se explican cinco sustancias que nunca deben mezclarse con cloro y los riesgos que implican.

Una de las combinaciones más peligrosas es la del cloro con amoníaco. Esta mezcla genera cloraminas, compuestos volátiles que causan irritación inmediata en ojos, nariz y garganta. En concentraciones altas, la exposición a cloraminas puede provocar dificultad para respirar, daño pulmonar e incluso edema pulmonar. Esta reacción química es especialmente preocupante porque tanto el cloro como el amoníaco están presentes en productos de limpieza comunes, por lo que el riesgo de mezcla accidental es alto.

Muchas sustancias podrían ser volátiles
Muchas sustancias podrían ser volátiles al combinarse entre sí, por lo que se deben manipular con su debido cuidado. Foto: (iStock)

El vinagre, una sustancia ácida compuesta principalmente por ácido acético, también representa un riesgo si se mezcla con cloro. Esta combinación produce gas de cloro, un agente tóxico que fue utilizado como arma química en la Primera Guerra Mundial.

El gas cloro puede provocar tos intensa, irritación ocular severa, quemaduras en las vías respiratorias y, en casos graves, asfixia. A pesar de que el vinagre es percibido como un limpiador “natural” o “seguro”, su interacción con el cloro puede ser letal.

Otra sustancia peligrosa al combinarse con cloro es el alcohol, presente en productos como gel antibacterial, desinfectantes o incluso en bebidas alcohólicas derramadas en superficies. Cuando el cloro entra en contacto con alcohol etílico o isopropílico, puede producir cloroformo y ácido clorhídrico.

El cloroformo es un compuesto altamente tóxico que puede causar mareos, náuseas, pérdida del conocimiento y daño hepático o renal con exposiciones prolongadas. Esta mezcla debe evitarse especialmente en espacios cerrados sin ventilación adecuada.

El manejo de cloro debe
El manejo de cloro debe ser bajo ciertas medidas de seguridad. Foto: (iStock)

Los limpiadores que contienen peróxido de hidrógeno, como algunos blanqueadores o productos para el baño, también deben mantenerse lejos del cloro. Al mezclarse, estas sustancias pueden generar una reacción violenta que libera oxígeno de forma descontrolada, aumentando el riesgo de explosión. Además, esta reacción puede producir gases irritantes y dañar superficies o materiales con los que entre en contacto.

Por último, los productos que contienen ácidos como el ácido muriático (usado para limpiar sarro o cemento), tampoco deben mezclarse con cloro. Al hacerlo, se libera gas cloro de forma rápida e intensa, provocando efectos corrosivos inmediatos en piel y mucosas. Este tipo de accidentes son especialmente comunes en entornos donde se busca una “limpieza profunda” sin seguir indicaciones de uso adecuadas.

En conclusión, aunque el cloro es un agente eficaz para la desinfección, su interacción con otras sustancias puede representar un riesgo grave para la salud. Es fundamental leer las etiquetas de los productos de limpieza, utilizarlos por separado y asegurarse de ventilar bien los espacios. La prevención y el conocimiento son claves para evitar accidentes químicos en el hogar.