
La hierbabuena puede parecer inofensiva, pero su consumo excesivo o inadecuado puede acarrear efectos secundarios inesperados, como la disminución de las hormonas y de la libido en hombres.
Este dato, poco conocido, resalta la importancia de informarse antes de incorporar esta planta a la dieta o a tratamientos naturales.
Aunque la hierbabuena, también llamada menta de jardín o Mentha spicata, es famosa por sus propiedades digestivas y su uso extendido en la cocina y la medicina tradicional, los riesgos asociados a su consumo requieren atención, según la información recopilada en la fuente original.
La popularidad de la hierbabuena se debe a su versatilidad y a los beneficios atribuidos a su aceite esencial, que se extrae de las hojas y se utiliza tanto de forma oral, inhalada como tópica.
Entre sus propiedades más valoradas se encuentran su acción antiséptica, antiinflamatoria, estimulante y diurética. Sin embargo, la misma fuente advierte que, antes de consumir cualquier especie vegetal, es imprescindible consultar con un médico, ya que la hierbabuena puede provocar reacciones adversas en ciertos grupos de personas.

Uno de los principales riesgos es la interferencia con medicamentos metabolizados por el hígado. La hierbabuena puede alterar la forma en que el hígado procesa fármacos a través del sistema del citocromo P450, lo que puede modificar los niveles de estos medicamentos en sangre y aumentar los efectos secundarios o reducir su eficacia.
Además, quienes padecen cálculos biliares o trastornos de la vesícula biliar deben evitar la hierbabuena, ya que puede inducir contracciones en la vesícula y agravar la situación.
El consumo excesivo de hierbabuena puede provocar irritaciones gastrointestinales, náuseas, vómitos, inflamación de la vesícula biliar, daño hepático severo y reacciones alérgicas.
También se han reportado irritaciones del tracto urinario y daños en pieles sensibles cuando se utiliza de forma tópica. En personas con hernias de hiato o reflujo gastrointestinal, la hierbabuena puede empeorar los síntomas, por lo que se recomienda suspender su uso y consultar a un especialista.

La planta está contraindicada en embarazadas, ya que dosis elevadas pueden estimular el útero y provocar abortos involuntarios. Durante la lactancia y en niños menores de 5 años, su alto contenido de mentol puede causar reacciones alérgicas y problemas respiratorios.
Además, en pacientes diabéticos, la hierbabuena puede inducir hipoglucemia. Quienes sufren de hipertensión y reciben medicación continua, así como personas con úlceras, acidez estomacal o gastritis, deben evitar su consumo, ya que puede agravar estos cuadros y anular el efecto de los antiácidos.
Por último, existe evidencia de que la hierbabuena puede dificultar la absorción de hierro, lo que representa un riesgo para quienes padecen anemia ferropénica.
Aunque no se han documentado reacciones adversas graves por el uso culinario o medicinal tradicional de la planta, la fuente insiste en la necesidad de respetar las contraindicaciones y consultar siempre con un profesional de la salud antes de su consumo.