
La salsa ocupa un lugar central en la gastronomía mexicana, dado que es un elemento que aporta sabor, textura y complejidad a una amplia variedad de platillos. Desde guisos tradicionales hasta antojitos populares, las salsas funcionan como acompañamientos indispensables o como ingredientes clave que realzan las recetas originales.
Además de su función culinaria, la salsa tiene un significado cultural importante. Muchas recetas de salsas están ligadas a tradiciones familiares o regionales transmitidas de generación en generación. Ingredientes como el chile, el jitomate, el ajo y el cilantro, presentes en gran parte de las salsas, son productos autóctonos de México, lo que convierte a estas preparaciones en herencia directa de las raíces prehispánicas.
Por su parte, la creatividad de los cocineros y cocineras mexicanas han creado nuevas recetas de salsas, utilizando todo tipo de ingredientes que les dan sabores únicos y exóticos, una de ellas es la salsa de limón tostado, la cuál destaca por su característico picante con un toque ácido que queda muy bien con los tradicionales antojitos.
Receta de salsa de limón tostado

Esta salsa puede tener una consistencia cremosa ideal para combinar con botana como totopos, chicharrón o carne seca.
Ingredientes
- 3 limones
- 1 ajo
- 5 tomates verdes
- 2 chiles morita
- 2 chiles guajillo
- 4 chiles de árbol
Preparación paso a paso
Alista los ingredientes: corta los limones en rodajas y asegúrate de quitarle las semillas con un palillo y también pela el ajo para separar sus dientes.
Prepara el aceite: coloca aceite en un sartén y agrega los limones junto con 5 dientes de ajo y asegúrate de que queden bien fritos.
Tatemar: en un comal pon a tatemar los tomates verdes junto con los diferentes tipos de chiles y luego agrega todo al sartén con los limones y el ajo.
Licua: cuando notes que los ingredientes estén lo suficientemente cocidos agrega a la licuadora y mezcle todo, añada un poco de sal y luego un chorro de aceite, esto ayudará a que la salsa tenga una consistencia cremosa muy agradable.
Tras el cuarto paso, ya puedes disfrutar de esta deliciosa salsa con sabor ácido que puedes combinar con antojitos tradicionales como gorditas, tacos, quesadillas o incluso botanas simples como totopos.
La importancia del picante en la gastronomía mexicana

El artículo “Chile, producto tradicional de la gastronomía mexicana” publicado por el Fideicomiso de Riesgo Compartido (FIRCO) menciona que México es el segundo productor de chiles a nivel mundial, dedicando más de 140 mil hectáreas al cultivo de este fruto con ganancias anuales que rondan los 13 mil millones de pesos, los estados que más producen son Chihuahua, Sinaloa y Zacatecas.
El chile en México es imprescindible para dar sabor a cualquier platillo y es, sin duda, el condimento nacional por excelencia. A nivel nacional se conocen más de cien tipos de chile, entre los que podemos mencionar se encuentran: el chile jalapeño, serrano, guajillo, ancho, habanero, de árbol, cascabel, manzano, piquín, cascabel, chile de agua, etc.
En la gastronomía mexicana el chile puede encontrarse en las siguientes preparaciones:
Platillos principales: en guisos como el mole, los chiles rellenos, el pozole y los tamales, el chile es un elemento imprescindible, ya sea fresco, seco o en forma de salsas. Variedades como el chile ancho, pasilla o guajillo son comunes en estos platillos.
Salsas y acompañamientos: las salsas de chile, tanto crudas como cocidas, son básicas en la cocina mexicana. Desde salsas verdes y rojas hasta aquellas elaboradas con chiles como el habanero, chipotle o serrano, funcionan como acompañamiento de tacos, quesadillas, carnes y más.
Botanas y antojitos: el chile abunda en antojitos populares como los esquites, elotes y tostadas. También está en botanas como papas fritas, cacahuates o frutas enchiladas, que suelen estar sazonadas con chile en polvo o salsa de chile.
Dulces y postres: se incorpora en dulces tradicionales como tamarindos con chile, paletas de mango enchiladas y caramelos picantes. Incluso en la alta cocina, se mezcla con chocolate en postres como mousses y brownies para crear combinaciones de sabores únicas.